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El Quinto Evangelio: 7 Cátedras de Antropología Gnóstica.- Septima Catedra

SIETE CÁTEDRAS DE ANTROPOLOGÍA GNÓSTICA

SÉPTIMA CÁTEDRA

  Continuaremos hoy con nuestras pláticas relacionadas con la Antropología Gnóstica Científica.

Realmente el planeta Tierra merece ser estudiado profundamente. Quieren los habitantes de la Tierra viajar a otros mundos, cuando, en realidad de verdad, todavía no conocen el propio mundo en que viven.

En todo el planeta hay diversos hechos, sucesos, fenómenos completamente desconocidos para la Ciencia oficial. No está demás recordar algunos hechos que suceden en los mares. Empecemos por hacer reminiscencias, siquiera, de ciertos fenómenos que acaecen a algunas criaturas de los océanos. Veamos:

Por allá por el año de 1917, fue observada en la costa de Massachusetts (Estados Unidos), una serpiente marina que medía 27 metros de longitud. La Sociedad Naturalista de Boston la estuvo estudiando detenidamente. Jamás se volvió a ver por aquellos contornos; es obvio.

Un barco de arrastre, por ejemplo, capturó a un renacuajo en estado larvario que medía 2 metros de tamaño. Si se le hubiera dejado desarrollar –de acuerdo con los estudios naturistas–, habría alcanzado el tamaño de 22 metros de largo. Es un tipo de criaturas que, en realidad de verdad, es desconocido en general. ¿Cómo viven? ¿Cómo actúan? ¿Dónde se desarrollan tales criaturas? ¿Por qué existen?

Pensemos nosotros en aquel famoso “Pez azul” que se consideraba desaparecido. Se le ha llamado siempre en forma, dijéramos, poética, con un nombre que nos recuerda el canto, la voz, la poesía, me refiero, francamente, al CELACANTO. Tal animal es un poquito extraño; tiene extremidades muy parecidas a las de los seres humanos; vive especialmente en el fondo del océano Índico. No olvidemos nosotros que, precisamente, en el océano Índico existió la Lemuria. Esto significa que todavía, a estas horas de la vida, aquel pez sigue existiendo en la mismísima Lemuria. Vive en las profundidades; rara vez ha salido a la superficie.

Incuestionablemente, las grandes profundidades del océano Índico resultan extraordinarias. Nos deja mucho que pensar la existencia de un animal antediluviano en pleno siglo XX. ¿Por qué existe en pleno siglo XX? ¿A qué se debe?

Se encontró alguna vez los restos fosilizados de un pez de éstos; se le calcularon 18 millones de años de existencia. El Celacanto era muy conocido hace 60 millones de años. Es asombrosa la figura del Celacanto. Llama la atención que tenga desarrolladas las extremidades, es decir, miembros parecidos a los brazos, a las manos, o a los pies del ser humano. Aún existe...

¿Criatura antediluviana existiendo en pleno siglo XX? ¿Qué podrían decir los antropólogos materialistas sobre una criatura así? ¿Cuál sería su concepto? Todo esto nos invita a la gran reflexión...

¿Y qué diremos nosotros, en verdad, sobre el MONOSAURIO o ICTIOSAURIO de tiempos arcaicos? Todavía sigue existiendo en profundidades terribles del Pacífico ¿Qué saben sobre eso los hombres de ciencia? Absolutamente nada. Así que, en verdad, conviene que nosotros sigamos explorando todas estas cuestiones para formarnos un concepto claro, preciso.

Las anguilas, por ejemplo, resultan bastante interesantes. Bien sabemos que algunas anguilas procedentes de Europa y de América, se dan cita en el Mar de los Sargazos con el objeto de reproducirse. Pero lo interesante es que nunca regresan al punto de partida original; quiénes en verdad retornan son los hijos. ¿Por qué sucede esto? ¿Por qué no regresan los padres sino los hijos? ¿Cómo podrían explicar esto los antropólogos de la Ciencia Materialista? ¿Qué es lo que saben sobre el particular? Estoy seguro que ellos ignoran totalmente estas cuestiones.

Pasemos a la cuestión esta del atún. En realidad de verdad es algo que merece reflexión. Los atunes que salen del Brasil se dirigen hacia Escocia, y posteriormente se acercan a Europa y pasan cerca del Mediterráneo. Pero raro es el atún que se mete por el Mediterráneo. ¿Qué podrían decir sobre esto los hombres de ciencia? ¿Por qué no entran las corrientes migratorias del atún dentro del Mediterráneo? ¿Quién las dirige? ¿Por qué lo hacen? ¿En qué época de la vida los señores de la Antropología Materialista han definido estas cuestiones? Si ellos que pretenden tener la Sabiduría del Universo, ¿por qué no han hablado alguna vez sobre estos asuntos? En realidad de verdad, estas gentes materialistas “no solamente ignoran, sino lo que es peor, ignoran que ignoran”, y eso es gravísimo.

Hay grandes calamares, monstruos gigantes dotados de enormes tentáculos, sobre los cuales la Ciencia Materialista nunca ha hablado nada. Huellas de esos tentáculos se han encontrado en las ballenas. Incuestionablemente, todo eso indica grandes luchas en las regiones abismales.

Hay peces-lagartos también de origen desconocido, sobre los que la Antropología Materialista no ha hablado jamás en la vida...

Continuando hacia adelante, hablaremos también de ciertos fenómenos que son desconocidos para los señores materialistas. Bien sabemos que existen ríos en el mismísimo mar, a centenares de metros de profundidad, que marchan en direcciones opuestas. ¿Por qué lo hacen? ¿Por qué un río vecino de otro marcha en dirección opuesta y en el mismísimo océano?

Giran estos ríos, bien lo sabemos, los del Norte de izquierda a derecha, como las manecillas de un reloj visto de frente; los del Sur a la inversa, pero ¿por qué no gira la corriente de Benguela, qué pasa? ¿Qué explicación daría la Ciencia Materialista sobre el particular? ¿Por qué callan esos tontos científicos? ¿Qué pueden decirnos sobre todo eso?

Frente a las costas del Perú, a 1.500 metros de profundidad, se han podido observar columnas muy bien labradas, muy bien talladas, de EDIFÍCIOS ATLANTES. Se han logrado obtener magníficas fotografías sobre el particular. Queda así demostrada la existencia de Atlántida, pero los tontos científicos continuarán como siempre, negando, y negando, y negando...

Hay civilizaciones desaparecidas, como la de la ISLA DE PASCUA, donde existen hoy en día EFIGIES GIGANTESCAS, enormes cabezas humanas talladas por manos de gigantes. Nunca ha dicho nada la Ciencia Materialista; calla, calla, calla...

¿Qué diremos de la ANTÁRTIDA? No hay duda de que antes de que la revolución de los ejes de la Tierra, en los Polos Norte y Sur existieron poderosas civilizaciones. Incuestionablemente, bajo los hielos de la Antártida deben existir restos de esas ANTIQUÍSIMAS CULTURAS. Un día llegará en que la pala de los arqueólogos podrá desenterrarlos. Mientras tanto, la Ciencia Materialista calla, calla como siempre, sin dar explicaciones.

Existen también OLAS GIGANTES, monstruosas, en mares tranquilos y serenos; olas aisladas que no tienen una razón de ser, una justificación precisa. Me refiero, por ejemplo, a las olas “seiche”. ¿Cuál es su origen? ¿Algún terremoto submarino, o qué? ¿Cómo podrían esto explicarlo los señores del Cientifismo Materialista? ¿Qué dirían sobre esto los enemigos del Eterno? En realidad de verdad, ellos “no solamente ignoran, sino que además ignoran que ignoran.”

Que haya olas en mares furiosos, aceptado; pero que en un mar tranquilo venga una ola caminando, aislada, solitaria, gigantesca, monstruosa, sin saber por qué, es algo que nunca ha tenido una explicación científica. Sin embargo, esos hechos suceden en el océano, y la Ciencia Materialista no ha podido explicar eso nunca, jamás...

En esa CORDILLERA DEL ATLÁNTICO (me refiero a una cordillera submarina) donde antes existiera el gran Continente Atlante, existen alrededor de 100 mil terremotos anuales, y resulta esto interesante. Bien sabemos que terribles TERREMOTOS y grandes MAREMOTOS acabaron con el Continente Atlante. Pero todavía, a estas horas de la vida y en pleno siglo XX, ¡sigue temblando la Atlántida sumergida!

Conviene que nosotros reflexionemos en todas estas cuestiones, pues en el fondo son bastante interesantes. Incuestionablemente, el planeta Tierra no es conocido por los antropólogos materialistas. En realidad de verdad, continúa este mundo Tierra convertido en un verdadero enigma para la Ciencia Materialista.

Algunas langostas llenas de púas, se reunen en cantidad suficiente como para formar una migración y descienden por la plataforma continental, lentamente, caminando hasta llegar a la llanura abismal, con rumbo desconocido. ¿Qué dirían sobre esto los hombres de ciencia? ¿Qué explicación le dan? ¿Hacia dónde se dirigen? ¿Cuál es exactamente la meta? ¿Por qué realizan esta clase de migraciones? ¡Enigmas, enigmas que no entienden los científicos materialistas!

Nuestro planeta Tierra, mis amigos, no ha sido siempre como es ahora, ha cambiado su fisonomía geológica varias veces. Si nosotros examinamos los CUATRO MAPAS DE ELLIOTT SCOTT, veremos que la Tierra, hace un millón de años era completamente diferente.

Esos cuatro mapas geográficos merecen ser tenidos en consideración. Se parecen a cuatro mapas que existieron, y que todavía siguen existiendo, en algunas criptas subterráneas del Asia Central. Tales mapas son desconocidos por los sabihondos de la Ciencia Materialista; se guardan secretamente con el propósito de conservarlos intactos, pues, bien sabemos que, los señores de la Falsa Ciencia están siempre dispuestos a alterar todo, con tal de justificar sus tan cacareadas teorías.

El primero de esos mapas de Elliott Scott llama mucho la atención, resulta interesantísimo. En él se ve lo que era el mundo hace unos 800 mil años antes de Jesucristo. Entonces la región de los braquicéfalos de la tan cacareada Antropología ultramoderna no existía.

Desde el ESTRECHO DE BERING, pasando por Siberia y Europa, hasta Francia y Alemania, lo único que había era agua, no había surgido, propiamente dicho, la Siberia ni la Europa, de entre el fondo de los océanos.

Del África no existía sino la parte Oriental, porque el Oeste y el Sur de aquel continente estaba sumergido entre las olas embravecidas del océano. Aquel pequeño continente que entonces existiera del África Oriental, era conocido con el nombre de GRABONCI.

La América del Sur estaba hundida entre las aguas del océano, no había surgido a la existencia. Estados Unidos, Canadá, Alaska, todo eso estaba sumergido entre el océano, y sin embargo, ¡México existía! Parece increíble que 800 mil años antes de Jesucristo, ya existía México. Cuando todavía la Europa no existía, ¡México existía! Cuando Suramérica no había salido de entre el fondo del océano, ¡México existía!

Esto nos invita a comprender que entre las entrañas de esta TIERRA SAGRADA DE MÉXICO, tan arcaica como el mundo, existen tesoros arqueológicos y esotéricos extraordinarios, que todavía no han sido descubiertos por la pala de los arqueólogos.

La LEMURIA fue por aquella época un gigantesco continente que se extendía en el Pacífico, que cubría toda esa área de la Australia, la Oceanía, el Índico –que es tan gigantesco–, y que se proyectaba por todo el Pacífico hasta esos lugares donde más tarde brotó Suramérica. Vean ustedes, ¡cuán gigantesca era la Lemuria!, ¡cuán enorme!... La fisonomía del globo terráqueo era, pues, completamente distinta hace unos 800 mil años antes de Jesús el Cristo.

La capital de la ATLÁNTIDA era TOYÁN, la ciudad de las siete puertas de oro macizo. Dirán los antropólogos materialistas, que no ven más allá de sus narices, que en qué nos basaremos nosotros para poder hablar de la Gran Capital.

Quiero decirles a esos señores –que tanto han hecho por quitarle a la humanidad sus valores eternos y precipitarla por el camino de la involución–, que tenemos datos exactos para poder hablar sobre Lemuria, que hay mapas que se conservan muy en secreto en algunas criptas subterráneas que indican dónde estaba Toyán, la capital de la Atlántida.

Así, pues, que si hablamos, lo hacemos con pleno conocimiento de causa. Citamos a la Lemuria y a la Atlántida porque fueron continentes que tuvieron existencia real. Bien sabemos nosotros que hasta el mismo Darwin aceptó la existencia de la Lemuria.

Toyán estaba situada en un ángulo, en el Sudoeste de aquel gran país, frente a la costa Sudoeste de una franja de tierra que se extendía claramente hasta el Loira y el Mediterráneo, y Este de África, y que por último llegaba hasta el Sur de Asia, que ya existía.

La Atlántida, en sí, se proyectaba desde el Brasil hasta las Azores (eso está completamente comprobado), y desde la Nueva Escocia, directamente, por todo el océano Atlántico.

Así, que, en realidad de verdad, la Atlántida cubría en su totalidad el océano que lleva su nombre. Era un gran país. Imaginen por un momento ustedes a la Atlántida proyectándose hasta las Azores, hasta Nueva Escocia, y descendiendo hasta donde hoy es Brasil. ¡Cuán enorme continente era! Se extendía de Sur a Norte, era grandioso. Se hundió a través de incesantes terremotos. Varias catástrofes fueron necesarias para que la Atlántida desapareciera definitivamente.

Así que, en realidad de verdad, el escenario del mundo ha venido cambiando, la fisonomía de este globo terrestre no ha sido siempre la misma, y en ella se han desenvuelto distintas razas humanas.

Nosotros necesitamos, en verdad, estudiar cuidadosamente la fisonomía del mundo en los tiempos antiguos, los distintos cambios geológicos por los cuales la Tierra ha pasado. Sólo así podremos formarnos un concepto claro, preciso, sobre el origen del hombre, sobre sus diversas culturas, sobre sus distintos procesos evolutivos e involutivos.

Mas si desgraciadamente nosotros quedáramos completamente embotellados en todos los prejuicios contemporáneos, no lograríamos, en verdad, conocer nada sobre la Geología, y mucho menos sobre los procesos de evolución y desarrollo de la raza humana.

Es necesario inquirir, investigar, analizar un poco... Hay muchos enigmas en el planeta Tierra que son desconocidos para la Ciencia oficial. ¿Cómo es posible que, por ejemplo, el Ictiosaurio o Monosaurio, que pertenecieron a épocas como las del Plioceno, sigan existiendo en pleno siglo XX dentro de las grandes profundidades del Pacífico? Son enigmas que hasta ahora la Ciencia Materialista, en realidad de verdad, no ha podido descifrar ni comprender.

A través de estas pláticas, tenemos nosotros que ir conociendo los distintos escenarios del mundo. Tendremos que echar luz en las tinieblas. Y una vez que hayamos puesto los fundamentos científicos de la Antropología Gnóstica, entonces revisaremos las antiguas culturas. Es necesario saber, por ejemplo, cómo fue que surgieron los Pelasgos en Europa; es necesario conocer las culturas arcaicas, saber algo de la civilización de los Hiperbóreos, y de los Lemúricos...

Pero antes que todo, se hace necesario revisar los distintos cambios geológicos por los cuales ha pasado el planeta Tierra. Bien sabemos que cada raza ha tenido un escenario. Pues bien, necesitamos conocer el ambiente, el clima, las condiciones en las que ha tenido que vivir cada raza. Esto es indispensable, urgente, inaplazable.

Cuando se dice, por ejemplo, que “las culturas de América vinieron a través del Estrecho de Bering, desde el continente Asiático”, se está aseverando una espantosa falsedad, porque los mapas antiguos nos demuestran que el Estrecho de Bering, la Siberia, y el Canadá, y los Estados Unidos, ¡no existían!

Hace 800 mil años, México tenía una población solemne, maravillosa, separada del Estrecho de Bering por los grandes océanos. Así, pues, la Ciencia Materialista está hablando de lo que no ha visto, de lo que no le consta. Nosotros estamos hablando sobre la base de los mapas como los de Elliott Scott, y sobre esos otros similares que se encuentran en algunas criptas subterráneas de la cordillera Himaláyica, en el Asia Central.

Cuando se asevera que “la raza humana llegó a la América a través del Estrecho de Bering”, se está demostrando con esto, una gran ignorancia y un desconocimiento total de las cartas geográficas antiguas. Es con esa clase de patrañas que los antropólogos materialistas están engañando a la opinión pública y abusando de la inteligencia de los lectores.

Nosotros, repito, somos amantes de la investigación científica, del análisis concienzudo. No nos permitimos el lujo de aceptar las teorías materialistas, porque, en realidad de verdad, son como un paredón sin cimientos: que bastaría darles un leve empujón para convertirlas en menudo sedimento. No somos los tontos que nos vamos a dejar engañar por patrañas, basadas en falsos utopismos.

Tenemos cartas geográficas, y estoy seguro que los lectores de esta obra comprenderán bien nuestra posición, cuando estudien las cartas geográficas que en este libro vamos a enseñar a la humanidad...

Hasta aquí mis palabras de esta noche. Ahora los hermanos pueden preguntar lo que tengan que preguntar sobre el tema. Pero por favor, no me vayan a salir con preguntas de Antecámara, ni de Primera Cámara, ni de Segunda Cámara. Si van hacer preguntas, son científicas, basadas sobre el tema que hemos desarrollado, no sobre otro tema.

Discípulo. Maestro, en una revista [...] leí acerca de una investigación que había hecho un antropólogo [...] creo que hacia el Norte del Valle de México, donde [...] redescubrió la ciudad que había descubierto otro antropólogo, que parecía ser una antigua colonia, decían que, Lemur. Y ahí, efectivamente, se pudo comprobar una antigüedad de entre 15 mil a 50 mil años. Inclusive, creo que se descubrieron ciertos manuscritos que tenían su paralelo con manuscritos Birmanos, ¿eso puede tener algo de realidad?

Maestro. ¿Pero en qué parte se realizó?

D. Fue en el Norte del Valle de México; eso apareció en una revista “Duda”, mexicana.

M. Bueno, voy a decirle: 15 mil ó 20 mil años, eso es de ayer, eso mientras nos limpiamos un ojo se pasa. En realidad de verdad, eso no es nada.

Pensemos en que el famoso “Celacanto”, ese pez azul que se consideraba desaparecido y que vive entre las profundidades del océano Índico, es decir, vive en Lemuria todavía, en pleno siglo XX (pues la Lemuria está sumergida en el Índico), existía hace 60 millones de años; era muy conocido. Y los restos fósiles de un ejemplar, fueron analizados y tenían una antigüedad de 18 millones de años.

De manera que, la cita que pones por ahí de unos 20 mil [años], es de ayer; es de alguna cultura, pues, antigua, que nosotros todavía no hemos investigado, pero que vale la pena investigarla. Incuestionablemente, es alguna de las tantas culturas que existió aquí, en el México arcaico, en este México antiquísimo...

D. Pero el hecho es que [...] parece que bastante bien documentada toda esa investigación, y sin embargo la Antropología oficial como que insistió en no dar ningún tipo de divulgación a este tipo de investigación.

M. La Antropología oficial, pues, está indudablemente tratando de tapar algo que se pueda salir de sus teorías. Bien sabemos nosotros, por ejemplo, que la ciencia oficial en estos momentos, no quiere que se conozca nada más.

La NASA, por ejemplo, ha tapado todo lo que los astronautas pudieron ver en sus exploraciones en la Luna, relacionado con Naves Cósmicas. Todo eso está en secreto...

Cayó una Nave Cósmica, por ahí, por el lado de Puebla. Tengo entendido que esa nave fue llevada por la NASA. Sobre los tripulantes, sobre los heridos que hubieron, sobre los que no fueron heridos, se ha guardado un terrible silencio, a pesar de que dos de ellos parecen que están detenidos en los Estados Unidos. Y todo lo que tenga algún sabor esoterista, algún sabor cósmico, etc., está siendo tapado.

Por de pronto, en Puebla, según informes recibidos, todos lo que saben algo sobre la Nave Cósmica están callados, ninguno quiere hablar, por motivo de que hay amenazas y si hablan... En fin, hay una fuente de terror que los obliga a tener que callar.

La ciencia oficial no quiere que se conozca nada de esas cosas; está empeñada en mantener a la humanidad en la más completa ignorancia. Esa es la cruda realidad de los hechos. (Bueno, esto que estoy hablándoles sobre Naves Cósmicas y todo, no pertenece a la cuestión que hemos grabado en la conferencia, entre paréntesis).

D. Maestro, en sus conferencias nos ha enseñado que los continentes son flotantes; luego, ¿[por] qué razón [...] hay más agua?, o sea, lo que manda aquí en el planeta Tierra son los mares, los océanos. ¿Qué relación cósmica tiene que ver con el planeta Tierra, o qué significa eso?

M. Bueno, incuestionablemente eso es ahora, porque en los tiempos de Lemuria, aquel continente cubría una enorme extensión, casi todo el Pacífico. Entonces parecía que había un cierto equilibrio entre agua y tierra. Ahora hay más agua que tierra, porque aquellos grandes continentes se sumergieron.

Obviamente que si un continente tan grande como el de la Lemuria, que cubría todo el Pacífico se hundió, ¿por qué no se van a hundir estos pedacitos de tierra que hay ahora? Todo esto se lo tragará el océano.

Sin embargo, resulta interesantísimo saber que México en esa época existía y no se ha hundido; que tenía poderosas civilizaciones y sus templos. Así, pues, es muy sagrada la tierra de México, puesto que es arcaica; deviene de los tiempos más antiguos de la Tierra.

Obviamente que los continente flotan. Como ya les explicaba a ustedes en una pasada plática, la Tierra tiene más bien la forma del huevo, del huevo de ave: una especie de yema, que son los continentes, flotando sobre una substancia pastosa, fluídica, de la clara del huevo. Entones esa yema, es decir, los continentes, flotan, se atraen, se acercan, se alejan, etc. Eso ya es muy conocido y se ha hablado, pues, en la Antropología sobre la Pangea, que no es otra cosa sino el Supercontinente, o todos los continentes unidos formando uno solo, que tan pronto se acercan, como se alejan.

La Tierra es bastante compleja, porque no solamente tiene el movimiento de los continentes, sino que además, y eso es bastante interesante, el movimiento de la revolución de los ejes de la Tierra. Los polos, por ejemplo, en la época de la Atlántida tenían una posición muy diferente. El Polo Norte estaba ubicado sobre la línea ecuatorial en la región más oriental del África, donde hoy está el... ...Y el Polo Sur se proyectaba en la región más Occidental de la línea ecuatorial, y en sentido opuesto, claro está, al del Norte.

La fisonomía del globo terrestre ha venido cambiando incesantemente, y actualmente está cambiando. Bien sabemos nosotros que los desiertos están avanzando espantosamente. Por ahí estuve observando un mapa sobre el avance de los desiertos. El planeta Tierra se está convirtiendo en un desierto.

Y si la Gran Catástrofe demorara demasiado, la Tierra quedaría convertida en una nueva Luna antes de tiempo. Toda la Tierra quedaría como una bola de billar, sin vegetación de ninguna especie, los mares convertidos en verdadero basureros, contagiados por las radiaciones y por las podredumbres de una humanidad perversa.

Afortunadamente, la Gran Catástrofe se acerca y vendrá en el Katún-13. Entonces toda la Tierra regresará a un estado caótico, para que de allí surja una nueva Tierra regenerada, transformada. El Evangelio de esa Edad futura que viene, de esa Edad de Oro, de esa Edad Solar, es el Evangelio de Lucas; por eso se habla del Evangelio de Lucas según el Sol, según la Luz... ...Así como el Evangelio de Mateo es el Evangelio según la Ciencia.

El Evangelio de Mateo nos habla de los cambios actuales, de las catástrofes que se acercan, de los grandes terremotos, de las guerras, de la destrucción completa de toda esta humanidad; pero el Evangelio de Lucas nos habla de la Nueva Edad, de la Edad de Oro que se avecina.

Obviamente, la humanidad está acabando con la fauna y la flora, y los desiertos avanzan terriblemente por todas partes. Obsérvese un mapa donde estén los desiertos; esto es terrible. Alguna otra pregunta.

D. Sí, las diferentes manifestaciones de la raza actual, sean los negros, los amarillos, los blancos, ¿qué relación hay con eso, Maestro?

M. Bueno, eso forma parte de las futuras conferencias. Ahora, sólo estamos estudiando los escenarios. ...Algunos poblaron de gentes, para comenzar a explicarles cómo se formó cada raza. Pero en la llanura abismal, no. Las llanuras abismales existen en todos los océanos, de pura arena...

Obviamente que, en realidad de verdad, pues, todo continente tiene su descenso ¿no? El descenso que hay de la plataforma; eso es claro. Esas migraciones de langosta marina llena de púas, descendiendo por la plataforma continental hacia la llanura abismal, con rumbos desconocidos, ellos no saben de esas cosas.

Naturalmente, que nosotros sabemos muy bien, que todas esas criaturas Elementales están dirigidas por Inteligencias: son los Devas. Pero ellos no saben de esas cosas. Que son esos Devas los que dirigen la marcha de tales langostas, precisamente, hacia ciertos lugares del océano, con un objetivo definido preciso, cual es el de la reproducción; y no solamente el de la reproducción, sino la enseñanza; porque esas criaturas son guiadas por sus directores espirituales que son los Devas. Se les lleva a determinadas regiones del océano para instruírseles, enseñárseles... ...Indudablemente, mapas del Asia Central; mapas secretos que existen en ciertas criptas subterráneas. No de otra manera podría explicarse el hecho de que sean, absolutamente idénticos, a los mapas que existen en las criptas subterráneas de los Himalayas...

D. Maestro, en alguna clase, en alguna ocasión, nos decían que los alemanes han hecho profundos estudios de todas estas diferencias... ...Y que incluso tienen esos estudios en un libro, recopilados en un libro, ¿será cierto esto?

M. Bueno, también ellos han investigado, y no hay duda de que en cada país no faltan siempre ciertos grupos de gentes de buena voluntad... ...que toman algunos datos...

[Nota: Se han incluido en la presente edición todas las preguntas y respuestas de este tema, por considerarlas de una riqueza dialéctica extraordinaria].