LOS CUATRO CÍRCULOS
Nuestro Sistema Solar es un cuerpo completo con cuatro círculos completos. La circunferencia de cada uno de los círculos tiene su respectivo patrón de tiempo. El círculo de la región mineral, llamado Infierno o Avitchi, etc., tiene una escala de tiempo que va de 80.000, 8.000, 800 y 80 años, tiempo terriblemente lento, muy apropiado para todos esos procesos minerales que se realizan dentro de la corteza terrestre, en aquel reino llamado Infierno o Avitchi.
El círculo de la vida celular, es decir, la vida tal como la conocemos, con nuestro cuerpo celular se extiende de 80 años a 1 mes, y dentro de este tiempo se desenvuelven normalmente los organismos que viven en la superficie de la tierra.
El círculo de la vida molecular se extiende de 1 mes a 40 minutos, y mide todos los fenómenos y sucesos del mundo molecular. El mundo molecular es la región o las regiones de la atmósfera, el PARAÍSO de todas las religiones. El círculo de la vida electrónica oscila entre 40 minutos y dos segundos y medio; éste es tiempo de regiones celestes con el cual se miden fenómenos de la luz y acontecimientos solares.
AVITCHI (Reino Mineral)
La región infernal del Avitchi está dentro de las capas minerales de la tierra. El Avitchi está por debajo de los límites de la percepción sensorial externa. El Avitchi corresponde a las mas densas regiones minerales. El Avitchi no podría jamás ser descubierto con los sentidos físicos, porque pertenece a las regiones de la Ultra. El Avitchi tiene 7 regiones terriblemente densas. El Avitchi está simbolizado por los infiernos de las grandes religiones. Infierno viene de infernus, región inferior. Infiernos atómicos de la naturaleza, éstos son los mundos sumergidos situados dentro del interior de la Tierra.
Cuando un ser humano se ha vuelto demasiado materialista, demasiado perverso, entonces, después del juicio, entra en el Avitchi. El «Libro Tibetano de los Muertos» dice: "Al caer ahí tendrás que sufrir padecimientos insoportables, y donde no hay tiempo cierto de escapar".
Aquellos que en cada reencarnación se volvieron más y más densos y malvados, terminan por entrar en el reino que les es afín. Este es el reino de las rocas, donde viven los restos fósiles petrificados de los que fueron criaturas vivas, estas son las gentes de corazón de piedra, corazón de pedernal, etc. Estas gentes ya no responden a ningún tipo de castigo, y cada vez que se reencarnan lo único que hacen es trabajar en el mal y para el mal. Aman el mal por amor al mismo mal, por la persistencia en el crimen, por su exagerado materialismo, se han hecho, en alguna forma, minerales, han entrado en el reino mineral dispuestos a correr la misma suerte del mineral. Este es el crisol de fundición cuyo propósito es liberar una fracción del principio causal, la materia prima, el producto psíquico, especie de embrión de Alma encerrado dentro del FANTASMA DIABÓLICO MINERALIZADO.
En el Avitchi involucionan, en el tiempo, los perdidos; del estado humano pasan, involucionando, hasta el estado animal, regresan luego al reino vegetal, y por último al mineral. Después, se desintegran se reducen a polvareda cósmica. Cuando estos tenebrosos se desintegran, algo se escapa hacia adentro y hacia arriba; ese que se escapa es el embrión para el Alma, la materia prima que regresa al mundo del Espíritu. Recordemos la visión de ER, que dice así: "Y dijo que todas, conforme llegaban, se volvían con alegría hacia la pradera y acampaban ahí como en una congregación... y así discutían entre ellas -algunas gimiendo y llorando, cuando recordaban todas las cosas terribles que habían sufrido y visto en su viaje debajo de la tierra- decían que su viaje había sido de mil años..." (pues de acuerdo con el número de errores que cada hombre había cometido y el número de aquellos a quienes había hecho daño, sufría un castigo por todo, sucesivamente, diez veces por cada uno). "Ahora bien, cada cien años pagaban, pues cien años se cuentan como la vida de un hombre, y así sucedía que el precio del obrar mal se pagaba diez veces".
LA REGIÓN CELULAR
La reencarnación de la esencia humana empieza por la concepción. Es maravilloso el trío que inicia nuestra vida: concepción, gestación, nacimiento. Resulta asombroso pensar que el hombre comienza como una célula, sujeto al veloz tiempo de las células y viviendo en el mundo de las células. Es extraordinario saber que después de unos ochenta años termina su vida humana, sobrecargado de recuerdos.
Los procesos internos que inician la concepción son tremendamente veloces, pero conforme transcurre el tiempo, éste último se va volviendo más lento. Todos los procesos orgánicos se hacen más lentos.
Realmente existe la relatividad del tiempo, la gestación humana dura 10 meses lunares; La infancia 100 meses lunares; La vida, poco más o menos, 1000 meses lunares.
La huella Electro-Magnética que deja la vida de un hombre en el instante de la muerte, se imprime tremendamente en la concepción del feto. El sendero de la vida está formado con las huellas de los cascos del caballo de la muerte. Muerte, juicio y concepción, constituyen un trío perfecto.
"En el momento de la muerte -dice una doctrina tibetana- los cuatro sonidos llamados "sonidos que inspiran terror sagrado", se escuchan así: el de la fuerza vital del elemento tierra, un sonido como el derrumbamiento de una montaña; el de la fuerza vital del elemento agua, un sonido como el de las olas del océano; el de la fuerza vital del elemento fuego, un sonido como el del incendio de una selva; el de la fuerza vital del elemento aire, un sonido como el de mil truenos reverberando simultáneamente. El lugar donde uno se refugia, huyendo de estos ruidos, es la matriz".
Cuando el zoospermo se une con el huevo, comienza la gestación. La célula con la cual comienza la vida humana, contiene 48 cromosomas. Esto nos habla claro de las 48 leyes que rigen el organismo humano. Existen 48 controles que regulan el organismo humano. Los cromosomas se dividen en genes; un centenar, o algo más, constituyen un cromosoma. La total constitución del organismo humano está determinada por los genes.
Los genes son muy difíciles de estudiar porque están constituidos por pocas moléculas; vibran rápidamente y vienen a constituir una zona intermedia entre el mundo molecular y el mundo celular. Estos genes se mueven y combinan bajo las ondas radioactivas que emite el moribundo en los últimos instantes. Así, el nuevo cuerpo físico es el resultado exacto de nuestra pasada reencarnación. El fiel instrumento de nuestro Karma.
La vida de cada ser humano en el mundo físico, es una repetición de la pasada vida más sus consecuencias buenas y malas. El tiempo es redondo, y los acontecimientos se repiten, cada cual en su día y en su hora. Esa es la Ley de RECURRENCIA. Todo vuelve a ocurrir tal y como sucedió, pero con sus consecuencias, tanto buenas como malas. Esa es la Ley del Karma, la ley de acción y consecuencia.
Realmente, la repetición automática de hechos, tiene por objeto hacernos conscientes de nuestros propios errores, esa es la ley. Desgraciadamente ya nada podemos hacer. Todo se repite en su tiempo y en su hora conforme giran las manecillas del reloj. Para cambiar las circunstancias externas, tenemos nosotros que cambiar primero internamente. Sólo podemos cambiar internamente fabricando Alma y Espíritu, es decir, poseyendo el Ser. Sólo el Ser puede hacer. Sólo el Ser puede cambiar todas las cosas. Quien quiera poseer el Ser tiene que transmutar sus energías sexuales, volitivas, emocionales, mentales, pasionales, motrices, sentimentales, etc. Tenemos que transmutar el plomo de nuestra personalidad en el oro del espíritu: tenemos que transmutar los metales viles, es decir, nuestros defectos, en el oro más puro del Espíritu, sólo así poseeremos ALMA Y ESPÍRITU. Es necesario que muera el "YO" PLURALIZADO. Es urgente que nazca dentro de nosotros el SER. La vida en el mundo celular es una tremenda repetición de sucesos, y sólo disolviendo el "YO" a base suprema COMPRENSIÓN Y SANTIDAD, y fabricando ALMA Y ESPÍRITU, podemos liberarnos de esta trágica rueda de la fatalidad. Este es un círculo vicioso horrible, esta es la rueda del SAMSARA.
LA REGIÓN MOLECULAR
La leyenda de Zoroastro dice: "Todo aquel cuyas buenas obras excedan en tres gramos a su pecado, va al cielo; todo aquel cuyo pecado es mayor, al infierno; en tanto que aquel en el que ambos sean iguales, permanece en el Hamistikan hasta el cuerpo futuro o resurrección".
La región molecular es la región del Paraíso. Aquellos seres que sufrieron mucho en la vida y que fueron relativamente muy buenos en la vida, se sumergen en la felicidad del mundo molecular antes de volver a tomar un nuevo cuerpo físico. Las regiones moleculares están saturadas de felicidad. Las esencias humanas, en ausencia del "YO" PLURALIZADO, gozan en esas regiones inefables.
Los EGOS de esas ESENCIAS, es decir, los "YOES", permanecen entre tanto en el umbral del misterio aguardando la nueva reencarnación. En ausencia del "yo", las esencias se desenvuelven felices en el Paraíso. Esos seres usan cuerpo molecular. Quienes poseen el ASTRAL CRISTO, resplandecen de gloria y son todavía más felices en el Paraíso. Dicho cuerpo sólo reside en estado germinal dentro de su semilla sexual, pero germina, nace cuando el iniciado conoce los misterios del sexo. El ASTRAL CRISTO es un cuerpo maravilloso. Las personas que poseen ese cuerpo son verdaderamente inmortales, pues jamás pierden la Conciencia.
El Paraíso, por ser molecular, penetra y compenetra toda la atmósfera terrestre, estando relacionado muy especialmente con la IONOSFERA que se encuentra a sesenta millas por encima de la superficie terrestre. Esa región es especialmente muy pura. Los astronautas, aún cuando viajan por esta zona, jamás podrán descubrir el Paraíso con los sentidos físicos. Sólo con el sentido espacial podemos ver el Paraíso. El Movimiento Gnóstico enseña diversas técnicas científicas para abrir el sentido espacial.
La región molecular tiene distintos países inefables. Estos son los planos y sub-planos de que hablan Teósofos y Rosacruces. En esas regiones de dichas sin límites, viven dichosos los desencarnados hasta que su tiempo se agota. El amanecer, el día, la tarde y la noche; la infancia, la adolescencia, la madurez y la senectud, gobiernan todo el cosmos, y hasta aquellos que desencarnan están sometidos a esta ley, a su tiempo, esos seres dichosos tienen que volver a la reencarnación.
Todo lo que ven los desencarnados está dentro de su propia mente. Los estados devakánicos de que hablan los libros teosóficos y rosacruces, así lo aseguran. El estado de inconsciencia en que caen los desencarnados bajo el choque electrónico, es algo muy lamentable, porque aún cuando éstos gozan con la dicha de las regiones moleculares, no están suficientemente conscientes como lo estaría un Adepto de la Logia Blanca. Sólo quienes han adquirido Alma viven conscientes de las Regiones Superiores del Universo.
Los desencarnados comunes y corrientes, proyectan en la atmósfera molecular sus propios anhelos y aspiraciones, y sueñan con ellos viviendo en perfecta felicidad. Los Adeptos no sueñan porque despertaron la Conciencia, y viven dedicados en esta región a trabajar, de acuerdo con las grandes Leyes Cósmicas, en el laboratorio de la Naturaleza. Esto no significa que los desencarnados no gocen con el paisaje o los paisajes en el Paraíso. Naturalmente ellos son infinitamente felices con su ambiente de felicidad.
El «Libro Egipcio de los Muertos» y el libro «El Arte de Morir» de los tiempos medievales, le enseñan la preparación para la muerte. Los hombres dedicados únicamente a las cosas materiales, no tendrán la dicha de experimentar la felicidad del Mundo Electrónico, debido al estado de inconsciencia en que caen. Cuando esas gentes viven en el Mundo Molecular, pasan allí sus vacaciones soñando, beben en la fuente del olvido y sueñan deliciosamente. El cuerpo molecular es microscopio y telescopio a la vez. Con ese cuerpo podemos ver lo infinitamente pequeño y lo infinitamente grande. En el Paraíso, los desencarnados participan de la naturaleza íntima de todo lo creado, penetrando en el corazón de todo lo existente. Es mejor conocer las cosas por penetración, en vez de por percepción externa. La vida en el Paraíso sería mejor si el desencarnado no proyectara en el mundo molecular su propio escenario. Allí, cada cual proyecta en la atmósfera imágenes de su propia mente.
EL MUNDO ELECTRÓNICO
El Mundo Electrónico es el mundo Solar de la luz, el mundo del Espíritu.
Quienes tienen Espíritu, quienes poseen un cuerpo electrónico, ejercen poder sobre los mundos molecular, celular y mineral. Quienes poseen cuerpo electrónico, están en condiciones de ayudar a sus discípulos a crear sus propias Almas. Todo verdadero instructor enseña a sus discípulos a crear Alma. Todo hombre con Alma es un verdadero reformador. El hombre con Alma puede ayudar a sus discípulos enseñándoles la teoría de la adquisición de su Alma. Pero sólo un hombre que tenga un cuerpo electrónico, podrá trabajar con esos embriones de Almas en la misma forma en que un hombre con cuerpo celular puede trabajar con los minerales de la tierra.
Se han exagerado ciertas afirmaciones que dicen que el ser humano tiene Alma y Espíritu. Realmente dentro de la esencia humana existe una fracción del Ser Causal, pero esa fracción sólo es la Materia Prima que la vida nos ha dado para fabricar ALMA.
Quien fabrica Alma se fusiona con la Gran Alma Universal. Quien fabrica Espíritu se une con el Espíritu Universal de Vida. "Porque a cualquiera que tuviere, le será dado y tendrá más; y al que no tuviere, aún lo que tiene le será quitado". "Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera. Allí será el lloro y el crujir de dientes" (Mateo Cap. 25 Vers. 29-30).
La dicha de la esencia humana en el Mundo Electrónico, después de la muerte, es muy pasajera porque el ser humano no está todavía preparado para vivir continuamente en esa región solar.
Existen escuelas para la creación de Alma, y también existen escuelas de regeneración sexual para la creación del Espíritu. La Escuela Gnóstica Rosacruz es templo y escuela a la vez. El Movimiento Gnóstico está íntimamente unido a la auténtica y legítima escuela Rosacruz, que sólo existe en los mundos superiores. Nuestro Movimiento Gnóstico Cristiano Universal enseña el camino real de la Regeneración. Nuestra Escuela enseña a crear Alma y Espíritu. Nuestro Movimiento está iniciando la Nueva Era Acuaria entre el augusto tronar del pensamiento.
El Mundo Electrónico es maravilloso. En el mundo Molecular la luz y el sonido se difunden 100 veces más rápido que en la región celular, pero en la región electrónica, viaja instantáneamente no a lo largo de una línea como en la región celular, ni por un área como el olor sino a través de un volumen de espacio y siendo independiente de toda atmósfera puede viajar al sol en siete minutos.
En el Mundo Electrónico somos Luz y vivimos en todas las cosas. Allí vivenciamos tremendamente la realidad de la UNIDAD de la vida. Los cuerpos electrónicos se mueven libremente con la Gran Luz en el Espacio Divinal. La conciencia humana, vestida con su cuerpo electrónico, incluye, dentro de sí misma, la vida y la conciencia de todos los seres del Universo. Esto es el Yoga, la unión con Dios.
Todo aquel que adquiera Espíritu, tiene que vivir el DRAMA DEL CRISTO INTERNO, en su vida práctica, en su hogar, en su pueblo, entre sus gentes. Este es un drama cósmico que existe desde antes de la venida de Jesús. La esencia del drama, su evento principal, es la muerte del Iniciado y su entrega suprema al Padre. Este acontecimiento se sucede entre rayos, truenos y grandes terremotos.
La transfiguración del personaje principal al mundo electrónico, la adquisición de Espíritu, es algo grandioso y terriblemente divino. En esos instantes, la fuerza electrónica se desplaza, y la fractura vertical a través de todos los planos de la conciencia cósmica, abren, por un momento, los mundos internos a la percepción ordinaria del hombre de la calle, común y corriente. Entonces se producen todas las cosas maravillosas que narran los Evangelios cuando Jesús expiró en la Cruz. Tiembla la tierra, se abren los sepulcros, resucitan los Santos y todos exclaman: ¡Verdaderamente, éste es el Hijo de Dios!
SAMAEL AUN WEOR