CONCLUSIÓN
Todos los seres somos hijos de la fuerza sexual, de un espermatozoide y un gameto; nadie es hijo de teorías ni creencias sino de un hombre y una mujer. La fuerza sexual debe ser controlada por medio de la razón y la voluntad. SEXO, CEREBRO y CORAZON son los puntos clave del hombre. En la sabia unión de Phalo y Útero encontramos la clave de nuestros mágicos poderes. Busquemos a Dios dentro de nosotros mismos, porque dentro de cada uno de nosotros está, Deuteronomio 6-15. Lucas 17-20-21.