EL PARSIFAL
Mucho se ha escrito en la vida, más es necesario profundizar...
Vamos ahora a develar con mucho atino y gran acierto el PARSIFAL, la obra cumbre de WAGNER. ¡Quieran los dioses ayudarnos!...
Bien saben las musas que esa obra diamantina del gran Maestro, es algo aparte y excepcional en la dramática WAGNERIANA.
El verbo del Maestro va fluyendo allí deliciosamente como un río de oro bajo la selva espesa del sol.
LOS CABALLEROS DEL SANTO GRIAL
Entremos en escena: El lugar de la acción podemos y debemos ubicarlo en las azulosas montañas inefables del septentrión; en la España Gótica...
Resulta incuestionable el que precisamente allí y no en ninguna otra parte, vea Wagner los dominios y el castillo de Montsalvat, ocupado por los sublimes caballeros templarios, terribles custodios del Santo Grial.
Escrito está con caracteres de fuego en el gran libro de la naturaleza, la Ley de los Contrastes.
Es obvio que el límite de la luz son las tinieblas; la sombra de todo Santuario de gloria es siempre un antro tenebroso.
EL CÁLIZ Y LA LANZA
Entre el cantar dichoso de las aves, ha rayado la aurora, delicia de sonrosados dedos.
El viejo sabio Gurnemanz acompañado de dos jóvenes escuderos, duerme profundamente bajo la sombra encantadora de un frondoso árbol taciturno...
Por el lado vetusto y solariego del castillo del Grial, resuena poderosa la solemne diana de trompetas que con sus formidables notas saluda victoriosa al grato amanecer...
Al escuchar el himno glorioso y triunfal, el anciano Gurnemanz y sus dos escuderos llenos de infinita veneración, humildemente se arrodillan y rezan con profunda devoción.
KLINGSOR EL MAGO NEGRO
En el rincón exótico del valle acogedor, muy cerca de la tierra sagrada de los mahometanos, dicen las leyendas que vivió KLINGSOR, el mago malo, en terrible soledad...
Ignoro ciertamente -dice el viejo Titurel-, cuáles fueran sus pecados, pero él allí quiso ser penitente y santo.
Equivocado sincero y lleno de buenas intenciones, impotente para acabar con la lujuria, empuñó el cuchillo asesino y se castró, capó o mutiló espantosamente.
AMFORTAS REY DEL GRIAL
Mujer preciosa para lo mejor nacida; mujer Diablesa para el abismo hallada; perla del solio del Señor caída, inefable rosa de fuego en el Edén crecida y por manos infernales deshojada; cisne encantador de cuello alabastrino en impúdico bacanal cantando... ¡cuánto bien habéis hecho! y... ¡cuánto mal! ¡Oh, Dios mío!
Pero... y es lo mejor, hablemos ahora un poco sobre el rey Amfortas, sucesor del viejo Titurel, quien burló con tanto acierto las astucias del Demonio...
Dice la leyenda de los siglos y esto lo saben nuestros abuelos, que el buen rey tuvo que sufrir lo indecible...
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