EVOLUCIÓN DEL ALMA DESENCARNADA
Las Almas de los muertos tienen que atravesar las esferas de la Luna, Mercurio, Venus, Sol, Marte, Júpiter y Saturno. Cada uno de esos planetas está envuelto en una atmósfera Astral.
Las Atmósferas astrales se penetran y compenetran mutuamente sin confundirse. Todas esas atmósferas estén relacionadas con el aire que respiramos.
LUNA: Cuando el alma entra en la esfera Lunar se siente muy atraída hacia el lugar donde se entierra su cuerpo, quiere actuar exactamente como si tuviera carne y hueso. Esas almas se sientan a almorzar y a comer en sus casas y sienten las mismas necesidades físicas de antes.
MERCURIO: Cuando el alma entra en la atmósfera de Mercurio ve que la atmósfera se le aclara mas y ve todas las cosas aún más bellas que antes. Aquellas almas que en la vida jamás supieron adaptarse a todas las circunstancias de la existencia, sufren entonces lo indecible. Aquellas almas llenas de orgullo y de soberbia por que quieren que todo el mundo las respete como antes, por su dinero y linaje. Empero, en la esfera de Mercurio, sólo se respeta a las almas por su santidad y por su sabiduría. Las almas que en la vida fueron humildes, beatas y caritativas, se sienten dichosas en la esfera de Mercurio.
VENUS: Mas tarde el alma entra en la esfera de Venus. En esa esfera las almas se vuelven infantiles y gozan como niño y juegan entre el seno de la naturaleza. En la esfera de Venus nos volvemos profundamente religiosos y comprendemos que todas las religiones del mundo son perlas engarzadas en el hilo de oro de la Divinidad... En la esfera de Venus nos volvemos místicos y gozamos entre los bosques y montañas de la naturaleza. Somos felices.
Aquellas almas que jamás tuvieron algún estilo religioso, aquellas almas materializadas se sienten allí fuera de su ambiente; como aves en corral ajeno; sufren lo indecible. Aquellas que fueron delirantes y fanáticas en asuntos religiosos, sienten allí inmenso remordimiento, por sus malas acciones porque comprenden el mal que hicieron a otros. Esas almas sufren indeciblemente. Algún tiempo después el alma entra en la esfera Solar.
SOL: En esa esfera comprendemos la unidad de las vidas, comprendemos que la vida que palpita en el corazón es la misma vida que palpita en el corazón mismo de cada mundo que recuerda a través de los espacios. En la esfera del Sol comprendemos lo que es la Fraternidad Universal y sentimos que somos una sola gran familia humana. Aquellas almas que fueron egoístas, sienten ahí en la esfera sol un profundo remordimiento y un gran sufrimiento moral. Esas almas sufren el remordimiento de sus malas acciones. En la esfera solar vemos en cada rostro un hermano.
MARTE: Más tarde el alma entra en la esfera Marciana. En esa esfera sentimos el anhelo de alejarnos para siempre de las cosas del mundo material. En esa esfera vivimos en una vida de encantamiento místico y sentimos la fuerte influencia de Francisco de Asís, del Buddha. Ahí sentimos que la vida de cada flor es nuestra propia vida. Anhelamos entonces alejarnos del mundo material para siempre.
JÚPITER: Más tarde el alma entra en la esfera de Júpiter. En esa esfera comprendemos que la religión que tuvimos en la tierra fue únicamente una escuela por la cual tuvimos que pasar. Ahí renunciamos ya a esa religión de la tierra y penetramos entonces en la Conciencia Cósmica.
SATURNO: En esa vida el Alma se sumerge, mucho más tarde en la esfera de Saturno y entonces flota deliciosamente entre todas las estrellas del espacio. Visita los distintos mundos y se sumerge entre el infinito lleno de músicas inefables, de orquestas deliciosas que resuenan entre el coral inmenso de la Eternidad, en donde sólo reina la verdadera felicidad del espacio sin límites.