CONCLUSIÓN
He concluido el libro del Matrimonio Perfecto.
Jamás en la vida ningún Iniciado se había atrevido a descorrer el velo terrible del Sanctum Sanctorum ante la vista del profano.
Pero ha llegado la hora más grave de la historia, y no hay tiempo que perder. Se acerca la Edad de Acuario, y el hombre tendrá ya que decidirse por ser ángel o demonio, águila o reptil.
Yo, Aun Weor, soy tan sólo un instrumento de la Logia Blanca. Es la Logia Blanca quien me ha inspirado en este trabajo, y estoy seguro que si el discípulo estudia este libro, y lo hace carne y sangre en sí mismo, llegará a la unión con el Intimo, y se hará rey y sacerdote del Universo, según la orden de Melquisedec.
No basta leer este libro, hay necesidad de estudiarlo y meditarlo profundamente, hay necesidad de hacerlo carne y sangre de nuestra vida, hay necesidad de practicar estrictamente y al pie de la letra todas sus enseñanzas.
Este libro será para ciertos pseudo espiritualistas, dechados de pureza y sabiduría, algo inmoral, algo si se quiere, perverso. Para otros que todavía no tienen madurez evolutiva, este libro será una tontería, una majadería y nada más.
Pero para el llamado, para el escogido, para el realmente preparado, este libro será algo sublime, grandioso, puro, ideal, ético y divino, porque él es la llave de todas las iniciaciones y la clave de todos los poderes.
En este libro se enseña e ilumina el sendero del hogar doméstico. Muchos libros se habían escrito sobre el sendero del místico, y sobre el sendero del yogui, pero jamás en la vida se había escrito sobre el sendero del hogar doméstico.
Hay tres caminos que conducen al Intimo, el sendero del místico, el sendero del yogui y el sendero del hogar doméstico. Yo en este libro sólo me ocupo de este último por ser el más práctico.
Todos vivimos en comunidad, y hacía falta un libro, que nos mostrara el camino de la Iniciación dentro de la misma intimidad del hogar.
Muchos discípulos deseaban aislarse del mundo para entregarse a las prácticas de la Yoga, según los estudios de la teosofía oriental.
Otros desean seguir las vidas místicas de Tomás de Kempis y de Francisco de Asís, o de Antonio de Padua, para así llegar algún día a la unión con el Intimo.
Pero ni unos ni otros han podido realizar esa anhelada aspiración divina, porque el medio ambiente con todos sus deberes y obligaciones, dentro de la vida agitada en que vivimos, les impedía totalmente aislarse del mundo para seguir el camino del místico perfecto, o del yogui ascético.
Faltaba, pues, un libro que le iluminara a la humanidad el sendero del hogar doméstico, faltaba un libro que nos enseñara a encontrar la Iniciación dentro de nuestra misma vida social, y en la misma intimidad del hogar, bajo el dulce alero de nuestra casa.
A mí me tocó cumplir esa misión, y he escrito este libro con el único anhelo de que cada cual encuentre el sendero de la Iniciación dentro del mismo medio o ambiente en que vive.
Yo conozco millares de teósofos, rosacruces y espiritualistas que anhelan llegar a la luz, pero que al fin y al cabo no son más que pobres teorizantes, que pagan cuotas, y leen libros sin realizar ningún progreso. Y es que la redención reside exclusivamente en el sabio manejo de nuestro poder creador.
Y así puede un individuo envejecer estudiando teorías Teosofísticas y escuchando conferencias rosacruces, con la seguridad absoluta de que no habrán dado un paso adelante dentro del sendero de la Iniciación. Porque mientras el hombre esté cohabitando como un animal, está perdiendo el tiempo miserablemente.
Si el estudiante de ocultismo quiere llegar de veras a la alta Iniciación, tiene que resolverse totalmente a seguir el sendero del místico, o el sendero de la Yoga o el del Matrimonio Perfecto. Estos son los tres únicos caminos que lo conducirán a la unión con el Intimo.
Pero es imposible seguir totalmente el sendero del Yoga respirando el aire sucio de las ciudades. El que quiera de veras ser yogui, tiene que retirarse totalmente de toda urbe, deberá aislarse en los bosques más profundos para realizar con éxito sus ejercicios respiratorios, porque en una urbe, no hace sino respirar átomos del enemigo secreto. Los mismos parques de las ciudades están llenos de átomos viciados de la ciudad. Y los ejercicios respiratorios de cuando en cuando en algún bosque, no sirven casi para nada. Así pues, que el que quiera vivir el sendero yogui, que se resuelva a vivir la vida de ermitaño en algún bosque lejano, porque en la ciudad es imposible.
Otros aman la mística, pero viven haciendo negocios y luchando por la existencia. ¿Cómo pueden ser así místicos perfectos?
Para ser realmente émulos de un Antonio de Padua o de un Francisco de Asís se necesita llevar la vida ascética que ellos llevaron, porque de lo contrario se está perdiendo el tiempo.
Así pues, ese sendero es casi imposible en estas ciudades y en estos tiempos en que vivimos.
Conozco una gran cantidad de teosofistas, espiritistas, rosacrucistas y místicos fornicarios, que dan vergüenza y sólo despiertan compasión, pues todos ellos dicen despreciar el mundo y sus vanidades, y sin embargo cohabitan como bestias, y sufren y lloran como los demás pero no realizan ningún progreso, precisamente por falta de una orientación sexual.
Sé de muchos teosofistas que se horrorizan al solo escuchar la palabra sexo. Ellos están acostumbrados a pensar que el sexo es algo vulgar e indigno, y se sonrojan sus rostros con solo oírlo mencionar. Sin embargo ellos mismos no tienen ningún inconveniente en entregarse a los placeres sexuales con la cónyuge, profanando así el sexo, que es la misma fuerza con que Dios hizo el mundo.
No se dan cuenta esos tales dechados de pureza, de que el sexo es santo, que ellos viven por el sexo y que son hijos de la relación sexual de un hombre y de una mujer. Si ellos tienen un cuerpo se lo deben precisamente al sexo que ellos miran con horror, y que les causa sonrojo.
Si ellos tienen un cuerpo físico que les permite hoy evolucionar y progresar, se lo deben precisamente a eso que tanto los avergüenza, y que con tanto asco miran, esto es, al sexo. El que se horroriza al oír hablar de Magia Sexual, es porque está sucio por dentro en su corazón. Pues como bien dijo la maestra Blavatsky, cada cual mira a través de su propia atmósfera. Para el puro todo es puro, y para el impuro todo es impuro.
Sé de una gran cantidad de dechados de sabiduría que al oír hablar de Magia Sexual, arguyen contra ella diciendo que ella es dañosa para la salud, que es imposible, etc. A ellos les diré que nosotros los gnósticos practicamos Magia Sexual diariamente, y que todos gozamos de espléndida salud, pues ningún gnóstico se ve enfermo.
Los gnósticos llegamos a una edad muy avanzada completamente jóvenes, pues el famoso elíxir de larga vida es el semen, y por medio de la Magia Sexual, el hombre se rejuvenece diariamente.
Claro que el discípulo habrá de acostumbrarse a la Magia Sexual poco a poco y llegará el día en que su miembro viril se adaptará totalmente a esta nueva actividad sexual, y entonces esa práctica será su acto normal diario, y quedará después de ese acto, totalmente satisfecho y lleno de vida y de alegría.
El individuo que esté enfermo de sus órganos sexuales deberá primero curarse y luego sí podrá entregarse a la Magia Sexual.
Este libro viene pues a llenar una necesidad de la época, cual es iluminar el sendero del hogar doméstico, para que los seres humanos se acerquen a su Dios Interior, sin necesidad de aislarse del mundo, ni de abandonar su hogar ni sus hijos.
Estoy pues, satisfecho de mi obra y aunque sé que los críticos se mofarán de ella, y los seudo-espiritualistas la ridiculizarán, allá va mi libro al campo de batalla, pues yo sé muy bien que el tiempo hará justicia. Porque este libro será la base sobre la cual se cimentará la Edad de Acuario.
Ni Krishnamurti con todos sus nihilismos metafísicos, ni la teosofía moderna con todas sus teorías podrán iluminar a la humanidad, ni regenerarla, porque a la humanidad sólo la iluminará y regenerará el calor del sexo y la dicha del Amor intenso y profundo, pues el ansia de "querer" es nuestra única felicidad. Por la puerta del sexo salimos del paraíso y por esa misma puerta tendremos que regresar al paraíso, pues, hay una regla oculta que dice que por donde mismo salimos, por ahí mismo tenemos que volver a entrar.
Hanemman dice: "similiasimilibuscurantur", esto es, lo símil con lo símil se cura.
Si el sexo nos sacó del paraíso, el sexo tendrá que regresarnos al paraíso.
Cultivemos en nuestros hogares la santidad del sexo, amémonos los hombres y las mujeres con intensidad y sabiduría, embellezcamos nuestra vida con la música, la alegría, el beso y el baile, amemos el bien y lograremos el despertar del Kundalini y la unión con el Intimo para siempre y entonces levantando nuestra copa oremus. Yo AUN WEOR, en nombre de la Logia Blanca abro las puertas de la Santa Iglesia Gnóstica a la humanidad entera sin distinción de raza, credo, casta o color.
Cristo, el divino rabí de Galilea, jefe de nuestra iglesia, dijo: "Pedid y se os dará, golpead y se os abrirá."
Que la paz sea con la humanidad entera.
AUN WEOR
La Marcha Triunfal del Gnóstico
(La eterna boda del alma con su espíritu.
La unión del alma con el íntimo).
Estoy de fiesta mí amor...
Esta noche son nuestras bodas.
Estoy de fiesta mi amor...
Estoy vestida de plata,
¿Te acuerdas de mis dulces serenatas?
Yo a solas... te amo...
Tu eres mi Dios y yo soy tu sirena que canta.
Estoy de fiesta mí amor...
El cordero dice a la esposa, ven...
Y yo vengo a ti,
La esposa dice al cordero, ven...
Y él viene así.
Estoy de fiesta mi amor...
Y el par de esposos se besan...
En el lecho nupcial del paraíso...
Él la arrulla con sus ternuras,
Y ella cual un niño sumiso,
Se arroja a sus plantas,
Con su cabellera rubia.
Estoy de fiesta mi amor...
¿Te acuerdas de tus promesas?
Yo no puedo olvidarte.
Yo te adoro, tú eres mi amante...
Y yo soy tu sirena palpitante...
No me puedes dejar esta noche,
Porque es noche santa,
No me puedes dejar esta noche,
Porque es noche de plata
Estoy de fiesta mi amor...
Yo soy la sirena que canta.
En el pasado te fui infiel
Y ahora estoy arrepentida,
Bésame que soy tu eterna prometida
Tú me amas y yo te adoro...
Tú eres mi misma vida...
Estoy de fiesta mi amor...
Llegó nuestra boda nupcial,
El perfume del templo me embriaga...
Y los cielos se estremecen con una marcha triunfal.
Estoy de fiesta mi amor...
Estoy regiamente vestida...
Envuélveme con tu capa,
Y entrégame la vara,
Que yo soy tu prometida...
Una marcha triunfal y deliciosa...
Estremece los ámbitos divinos,
Y él dice, ven, y ella dice ven...
Y ambos entre rayos diamantinos...
Son uno, en la boda nupcial del paraíso.
Estoy de fiesta mi amor.
Por AUN WEOR.