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Mensaje de Navidad 1965-1966: Capitulo 6.- La Revolución de la Conciencia

LA REVOLUCIÓN DE LA CONCIENCIA

La Revolución de la Conciencia es el QUINTO EVANGELIO, nosotros necesitamos con urgencia un cambio radical, total y definitivo, y esto sólo es posible mediante la Revolución de la Conciencia. La Auto-Realización Intima sólo es posible en individuos aislados con ayuda de conocimientos y métodos adecuados. Semejante revolución íntima puede ocurrir solamente dentro del individuo y está de hecho contra los intereses de la Naturaleza.

El desarrollo de todas las posibilidades ocultas en el animal intelectual, no es necesario sino única y exclusivamente para él mismo; ni a la Naturaleza ni a nadie le interesa el desarrollo de tales posibilidades individuales. Lo más grave de todo esto es saber que nadie tiene obligación de ayudar al individuo revolucionario, nadie tiene la más leve intención de ayudar a un revolucionario de esta clase, se está completamente solo y si un Maestro Revolucionario resuelve orientarnos, es realmente haber tenido mucha suerte.

Las fuerzas tenebrosas que se oponen resueltamente a la Auto-Realización Intima de las grandes masas humanas, también se oponen resueltamente y hasta en forma violenta a la Auto-Realización Intima del individuo revolucionario. Todo hombre revolucionario tiene que ser lo suficientemente astuto como para burlar a las fuerzas tenebrosas; mas las masas humanas desgraciadamente no pueden hacerlo, sólo el individuo revolucionario puede ingeniárselas y ser más listo que dichas fuerzas tenebrosas.

No existe Auto-Realización obligatoria ni mecánica, la Auto-Realización Intima del hombre, es el resultado de la lucha consciente. La Naturaleza no necesita la Auto-Realización Intima del ser humano, no la quiere, la aborrece y lucha contra ella con sus mejores armas. La Auto-Realización Intima sólo puede ser una necesidad urgente para el hombre revolucionario, cuando éste se da cuenta de su horrenda situación y de la abominable suerte que le espera, cual es la de ser tragado vorazmente por el Reino Mineral.

La Revolución de la Conciencia sólo es posible en el sentido de ganar, de conquistar nuestras propias posibilidades latentes, nuestros propios tesoros escondidos. Si toda la humana especie quisiera obtener lo que le corresponde por derecho propio, la Auto-Realización Intima volvería a hacerse imposible, porque lo que es posible para el individuo revolucionario, es imposible para las masas.

La ventaja que tiene el revolucionario separado, es que realmente resulta demasiado pequeño y para los fines de la gran Naturaleza, no tiene la menor importancia la existencia de una máquina más o de una máquina menos. Si una célula microscópica de nuestro cuerpo se revoluciona contra nosotros, eso no tiene la menor importancia, pero si todas las células de nuestro cuerpo se revolucionan, entonces sí, la cosa es grave y vamos con el médico para combatir contra dicha revolución con todas las armas de la ciencia. Exactamente la misma cosa ocurre en un individuo aislado, resulta demasiado pequeño como para influenciar toda la vida del organismo planetario en el cual vivimos, nos movemos y tenemos nuestro Ser.

Aquellos que afirman que todos los seres humanos llegarán tarde o temprano a la Auto-Realización Intima mediante la evolución de la Naturaleza, son unos tremendos mentirosos, unos farsantes, unos embusteros; porque jamás ha existido, nunca existirá Auto-Realización mecánica.

La Auto-Realización Intima es la Revolución de la Conciencia y esta jamás puede revolucionarse inconscientemente. La revolución del hombre es la revolución de su voluntad y jamás podría ser una revolución involuntaria de tipo mecánico. La Auto-Realización Intima es el resultado de supremos auto-esfuerzos voluntarios y perfectamente auto-conscientes. La Auto-Realización Intima exige tremendos súper-esfuerzos individuales y éstos sólo son posibles mediante la Revolución de la Conciencia.

Jesús el Cristo cuya Navidad celebramos esta noche de 1965, jamás le prometió el Reino a todos los seres humanos, Jesús hace énfasis en la dificultad de entrar al Reino.

"Árbol que no da fruto cortadlo y echadlo al fuego". "Muchos son los llamados y pocos los escogidos". "El Reino de los Cielos es semejante a una red, que echada al mar, recoge de toda clase de peces; y una vez llena la sacan a la orilla, y sentados, recogen lo bueno en cestas, y lo malo echan fuera. Así será el fin del siglo: saldrán ángeles, y apartarán los malos de entre los justos y los echarán entre el horno de fuego (el Reino Mineral), allí será el lloro y el crujir de dientes".

Sólo el hombre verdaderamente revolucionario puede entrar al Reino de la magia Blanca, al Reino del Esoterismo, al Magis Regnun, Regnun Dei. Jesús lo dijo: "El Reino de los Cielos se toma por asalto, los valientes lo han tomado."

Lo normal, lo natural es que la raza de animales intelectuales falsamente llamados hombres, caiga en el Abismo y sea devorada por Am-nit el devorador de los muertos cuyas mandíbulas de cocodrilo son una prefiguración de todas las bocas del Infierno de la Edad Media. Este monstruo abominable (símbolo del Reino Mineral, con sus siete regiones atómicas sumergidas), en parte reptil, en parte león y en parte hipopótamo; que surge según el decir de los egipcios, de un lago de fuego ardiente, es el devorador de corazones, el devorador de los no-vindicados, y para los egipcios simbolizaba una especie de terrible buitre cósmico, cuyas funciones eran consumir los desechos o despojos de la humanidad.

No es raro que alguien entre al Reino Mineral, eso es lo normal y el Reino Mineral lo necesita para su alimento psíquico; lo que sí es raro es que alguien entre al Reino de la Alta Magia, porque a dicho Reino sólo entran los revolucionarios de la Conciencia, ardientes como el fuego.