• Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

El Cristo Social: Capitulo 61.- La Duración de la Vida

LA DURACIÓN DE LA VIDA

El organismo humano tiene tres cerebros que son los siguientes: Primero: Cerebro pensante. Segundo: Cerebro motor. Tercero: cerebro sensible.

El primer cerebro está en la cabeza, el segundo en la espina dorsal, el tercero en el corazón y centros específicos nerviosos del organismo humano.

La inteligencia de la naturaleza ha depositado en cada uno de estos tres cerebros sus famosos Bobbin-kandelnosts (valores cósmicos)

Cada uno de estos tres cerebros vive mientras los Bobbin-kandelnosts están vivos.

El yo psicológico ha creado un sistema de vida anormal que hace que la muerte de cada individuo se realice por tercios.

Quien comete el error de acabar con los Bobbin-kandelnosts del centro pensante es claro que muere mentalmente. Los manicomios son cementerios de muertos mentales.

Quien abusa del centro motor acaba con los Bobbin-kandelnosts de la espina dorsal. La Hemiplejia, la paraplejia, parálisis progresiva, etc., realmente son nombres que se le ponen a los difuntos del centro motor.

Quien derrocha su energía sobre las tablas para debutar maravillosamente o representar distintos papeles artísticos, es claro y apenas normal que acabe con todo su capital de Bobbin-kandelnosts correspondiente al cerebro sensible.

Estos muertos son llamados psicópatas y neurasténicos.

Los intelectuales modernos agotan miserablemente el centro pensante.

Los deportistas de Foot-ball, toros, lucha libre, béisbol, etc., etc., etc., acaban con todos los valores vitales del centro motor.

Los Seudo artistas modernos con toda su tontería de existencialismo, comicidad, rebeldes del rock, policías y detectives y ladrones que juegan al papel de Gangster, es apenas lógico que acaban con los valores del tercer centro.

La muerte se realiza por tercios y el mundo está lleno de muertos vivientes que andan y atormentan al prójimo.

El yo psicológico, el mi mismo, ha creado sistemas de vida angustiosa y horrible.

El resultado de semejantes formas de vida anormal es la muerte por tercios.

En tiempos de la Lemuria cualquier ciudadano podía vivir normalmente doce a quince siglos de vida.

En el viejo Egipto de los faraones la vida normal de cualquier ser humano tenía un promedio de ciento cuarenta años.

Ahora la raza está tan degenerada con el asqueante materialismo, que ya vivir sesenta o setenta años, es realmente haber vivido mucho.

Los rusos dizque han inventado sueros para alargar la vida, sin embargo el pobre viejito Kruschev no tiene ochenta años y ya tiene que pedirle permiso a un pie para levantar el otro.

En el centro del Asia existe una comunidad religiosa que sabe alargar la vida, cualquier monje de dicha comunidad puede llegar a los cuatrocientos años normalmente.

Todo el secreto de esos monjes asiáticos consiste en saber manejar la ley cósmica conocida como Igualación de las Vibraciones de Muchas Fuentes.

Realmente esos monjes no abusan de los tres cerebros, llevan el perfecto equilibrio vibratorio, no acaban con los Bobbin-kandelnosts. (Valores vitales)

Si el sistema socialista de la URSS fuera tan perfecto como lo pintan, cada ciudadano podría ahorrarse sus Bobbin-kandelnosts para darse el lujo de vivir siquiera doscientos o trescientos años.

El escenario ha quedado al descubierto y el paraíso soviético no existe.

En los suburbios de Moscú hay hambre, miseria y desolación.

Las calles de Moscú como cualquier otra ciudad del mundo están llenas de gentes angustiadas y enfermas.

En Moscú también se mueren las gentes poco a poco y a tercios.

Los sueros inventados para alargar la vida, son únicamente pura propaganda soviética.

Cuando el hombre disuelva el yo, los tres centros de la máquina orgánica marcharán en perfecto equilibrio.

Es apenas normal pensar que cuando los tres cerebros funcionan equilibradamente, los valores fundamentales conocidos como Bobbin-kandelnosts, no se pierden.

Sólo sabiendo manejar los centros básicos, sólo sabiendo ahorrar sus valores pueden realmente alargarse la vida.