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El Misterio del Aureo Florecer: Capitulo 28.- Budhismo Zen

BUDHISMO ZEN

¿Por qué la última Verdad-Prajna que el Budhismo Zen quiere indicar es tan indefinible, abstracta e inasible?

Definir significa realmente poner límites intelectivos a, o declarar el sentido de una cosa determinada.

Asir, en sentido empleado aquí, significa comprender algo y retenerlo en la memoria.

Como el mismo acto de definir consiste obviamente en encerrar a algo dentro de un cierto límite, no puede necesariamente no ser finito, angosto y restrictivo en su naturaleza; así mismo, como Comprender significa asir algo mentalmente, pero no todo, ha de ser igualmente limitativo y exclusivo.

La última VERDAD-PRAJNA que la escuela Zen quiere indicar no puede ser en ningún modo algo angosto, finito o exclusivo; debe ser algo vasto, universal e infinito, algo que todo lo incluye y alcanza, algo más allá de la definición y de la designación.

La misma palabra “definir” sugiere ostensiblemente un dedo humano que señala a un objeto determinado, y la palabra “Asir” una mano que retiene algo y no suelta.

Dada esta lamentable limitación y este aferramiento, profundamente ahincado en el racionalismo del animal intelectual equivocadamente llamado hombre, no es en modo alguno sorprendente que la libre y omni-incluyente verdad-Prajna se torne realmente en algo evasivo que siempre está eludiendo misteriosamente a todo pensador.

Iluminación. Esta palabra grandiosa en esencia y en potencia, se usa en este capítulo para indicar enfáticamente la experiencia mística trascendental que consiste en experimentar el Tao, la Verdad Zen, lo Real.

No es suficiente comprender algo, necesitamos captar, aprehender, capturar, su íntima significación.

El sexto patriarca preguntó al Bhodi-Dharma: -”¿Cómo es posible alcanzar el Tao?”. El Bhodi-Dharma respondió:

-”Exteriormente, toda actividad cesa; interiormente, la Mente deja de agitarse. Cuando la Mente se ha convertido en un muro, entonces adviene el Tao”.

Es urgente saber que el Zen japonés, es el mismo DHYANA indostánico, el Jhana Pali, el “Ch’an na” chino: una forma extraordinaria del Budhismo Mahayana.

Es incuestionable que los estudios y prácticas Zen nos permiten captar el íntimo significado de las Enseñanzas Budhistas preconizadas por la escuela Mahayana, antítesis maravillosas y complemento a la vez de la Escuela de Auto-Realización Intima Hinayana.

El Vacío Iluminador resulta imposible de describir con humanas palabras. No es definible o descriptible. Como ha dicho el Maestro Zen Huai Jang: “Cualquier cosa que diga fallará en el punto principal”.

La enseñanza budhista sobre el Vacío es comprensiva y profunda, y requiere mucho estudio antes de ser entendida.

Solo en ausencia del Ego podemos experimentar en forma directa el Vacío Iluminador.

Endiosar a la Mente es un absurdo porque ésta en sí misma es tan solo un calabozo fatal para la Conciencia.

Afirmar que la Mente es el Buda decir que es el Tao, resulta disparatado porque el intelecto es tan sólo una jaula para la Conciencia.

La mística experiencia del Vacío Iluminador se realiza siempre fuera del terreno intelectual.

La iluminación budhista nunca se consigue desarrollando la fuerza mental, ni endiosando la razón; por el contrario, se logra desatando cualquier vínculo que nos ate a la mente.

Solo liberándonos del calabozo intelectual podremos vivenciar la dicha del Vacío Iluminador, libre y enteramente insustancial.

El Vacío es sencillamente un término budhista claro y preciso que denota la naturaleza no sustancial y no personal de los seres, y una señal de indicación del estado de absoluto desprendimiento y libertad fuera del tiempo y más allá de la Mente. Bebed el Vino de la Meditación en la Copa deliciosa de la Perfecta Concentración.