LA REENCARNACIÓN
El Bhagavad-Gita, el libro sagrado del señor Krishna, dice textualmente lo siguiente:
“El Ser no nace, ni muere, ni se reencarna: no tiene origen, es eterno, inmutable, el primero de todos, y no muere cuando le matan el cuerpo”.
Que nuestros lectores gnósticos reflexionen ahora en el siguiente versículo antitético y contradictorio.
“Como uno deja sus vestidos gastados y se pone otros nuevos, así el Ser corpóreo, deja su cuerpo gastado y entra en otros nuevos”.
Dos versículos opuestos del gran Avatara Krishna. Si no conociéramos la clave es obvio que quedaríamos confundidos:
“Al dejar el cuerpo, tomando el sendero del fuego, de la luz, del día, de la quincena luminosa de la luna y del solsticio septentrional, los conocedores de Brahmán, van a Brahmán.
“El yogui que, al morir, va por el sendero del humo, de la quincena obscura de la luna y del solsticio meridional, llega a la esfera lunar, (el Mundo Astral) y luego renace (retorna, se reincorpora)”.
“Estos dos senderos, el luminoso y el oscuro, son considerados permanentes. Por el primero, se emancipa, y, por el segundo se renace (se retorna).
Declaremos que el Ser, el Señor Encarnado en alguna criatura perfecta, puede volver, reencarnarse...
“Cuando el Señor (el Ser) toma un cuerpo, o lo deja, El se asocia con los seis sentidos o los abandona, y se va como la brisa que lleva consigo el perfume de las flores”.
“Dirigiendo los oídos, los ojos, los órganos del tacto, gusto y olfato, y, también la mente, Él experimenta a los objetos de los sentidos”.
“Los ignorantes, alucinados, no lo ven cuando Él toma un cuerpo, lo deja o hace las experiencias asociándose con las Gunas; en cambio, los que tienen los ojos de la sabiduría, lo ven”.
Como documento extraordinario para la doctrina de la Reencarnación vale la pena meditar en el siguiente versículo del Señor Krishna:
“¡Oh Bharata! toda vez que declina la religión y prevalece la irreligión, me Encarno de nuevo (es decir me Re-encarno) para proteger a los buenos, destruir a los malos y establecer la religión, me Encarno (o Re-encarno) en distintas épocas”.
De todos estos versículos del Señor Krishna se deducen lógicamente dos conclusiones.
a) Los conocedores de Brahama van a Brahama y pueden si así lo quieren, volver, incorporarse, reencarnarse para trabajar en la Gran Obra del Padre.
b) Quienes no han disuelto el Ego, el Yo, el Mí mismo, se van después de la muerte por el sendero del humo, de la quincena obscura de la luna y del solsticio meridional, llegan a la esfera lunar y luego renacen, retornan, se reincorporan en este doloroso Valle de Samsara.
La Doctrina del Gran Avatara Krishna enseña que solo los Dioses, Semi-Dioses, Reyes Divinos, Titanes y Devas se RE-ENCARNAN.
RETORNO es algo muy diferente: es incuestionable el Retorno de Kalpas, Yugas, Mahamvantaras, Mahapralayas, etc., etc., etc.
La Ley del Eterno Retorno de todas las cosas se combina siempre con la Ley de Recurrencia.
Los Egos retornan incesantemente para repetir dramas, escenas, sucesos, aquí y ahora. El pasado se proyecta hacia el futuro a través del callejón del presente.
La palabra RE-ENCARNACIÓN es muy exigente; no se debe usar de cualquier manera: nadie podría re-encarnificarse sin haber antes eliminado el Ego, sin tener de verdad una individualidad sagrada.
Encarnación es una palabra muy venerable; significa de hecho la Reincorporación de lo Divinal en un hombre.
Reencarnación es la repetición de tal acontecimiento cósmico; una nueva manifestación de lo Divino...
De ninguna manera exageramos conceptos al enfatizar la idea trascendental de que la Reencarnación solo es posible para los Embriones Áureos, que ya lograron en cualquier ciclo de manifestación la unión gloriosa con la Súper-Alma.
Absurdo sería confundir a la REENCARNACIÓN con el RETORNO. Sería caer en un desatino de la peor clase afirmar que el Ego (legión de Yoes tenebrosos, siniestros e izquierdos) pueda Reencarnarse.