EL AUTO‑JUICIO
El hombre que permite que se exprese en él de manera espontánea eso que se llama el auto-juicio o juicio interior, será guiado por la voz de la conciencia y marchará por el camino recto.
Todo hombre sometido al auto-juicio se convierte de hecho y por derecho propio en un buen ciudadano, en buen esposo, en un buen misionero, en un buen padre, etc.
Para conocer nuestras íntimas contradicciones, es necesario auto‑descubrirnos. Quien se auto‑descubre puede trabajar con éxito en la disolución del yo pluralizado.
LA AUTO‑IDEA
Información intelectual e ideas ajenas no es vivencia. Erudición no es experimentación. El ensayo, la prueba, la demostración exclusivamente tridimensional, no es unitotal.
Opiniones, conceptos, teorías, hipótesis, no significan verificación, experimentación, conciencia plena sobre tal o cual fenómeno.
Tiene que existir alguna facultad superior a la mente, independiente del intelecto, capaz de darnos conocimiento y experiencia directa sobre cualquier fenómeno.
MO‑CHAO
La palabra china "Mo", significa silencioso o sereno; "Chao", significa reflexionar u observar. Mo‑Chao, por tanto, puede traducirse como reflexión serena u observación serena.
Lo dificultoso y laborioso es lograr silencio mental absoluto en todos los niveles del subconsciente.
Alcanzar quietud y silencio en el mero nivel superficial, intelectual, o en unos cuantos departamentos subconscientes, no es suficiente, porque la esencia continúa enfrascada entre el dualismo sumergido, infra-consciente a inconsciente.
MENTE DISPERSA Y MENTE INTEGRAL
En dinámica mental, es urgente saber cómo y por qué funciona la mente. Sólo resolviendo el cómo y el por qué, podremos hacer de la mente un instrumento útil.
La libertad intelectual sólo es posible basada en entendimiento, comprensión y conocimiento de los diversos funcionalismos de la mente.
Sólo conociendo los diversos mecanismos de la mente, podremos liberarnos de la misma para hacer de ella un instrumento útil.
LA REVOLUCIÓN DE LA MEDITACIÓN
La técnica de la meditación nos permite llegar hasta las alturas de la Iluminación y de la Revolución de la Dialéctica.
Debemos distinguir entre una mente que está quieta y una mente que está aquietada a la fuerza.
Cuando la mente está aquietada a la fuerza, realmente no está quieta, está amordazada por la violencia y en los niveles más profundos del entendimiento hay toda una tempestad.
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