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Tratado Esotérico de Magia Rúnica: Capitulo 1.- La Madre Divina y los Dioses Santos

LA MADRE DIVINA Y LOS DIOSES SANTOS

"Virgen Madre, Hija de tu Hijo, la más humilde al par que la más alta de todas las criaturas, término fijo de la voluntad eterna, tú eres la que has ennoblecido de tal suerte la humana naturaleza, que su hacedor no se desdeñó de convertirse en su propia obra.

En tu seno se inflamó el amor cuyo calor ha hecho germinar esta flor en la paz eterna. Eres aquí para nosotros meridiano Sol de caridad, y abajo para los mortales vivo manantial de esperanza. Eres tan grande, señora, y tanto vales, que todo el que desea alcanzar alguna gracia y no recurre a ti, quiere que su deseo vuele sin alma.

Tu benignidad no solo socorre al que te implora, sino que muchas veces se anticipa espontáneamente a la súplica. En ti se reúnen la misericordia, la piedad, la magnificencia, y todo cuanto bueno existe en la criatura. Este, pues, que desde la más profunda laguna del Universo hasta aquí ha visto una a una todas las existencias espirituales, te suplica le concedas la gracia de adquirir tal virtud, que pueda elevarse con los ojos hasta la salud suprema.

Y yo, que nunca he deseado ver más de lo que deseo que él vea, te dirijo todos mis ruegos, y te suplico que no sean vanos, a fin de que disipes con los tuyos todas las nieblas procedentes de su condición mortal, de suerte que pueda contemplar abiertamente el sumo placer.

Te ruego, además, ¡Oh Reina! que puedes cuanto quieres, que conserves puros sus afectos después de tanto ver; Que tu custodia triunfe de los impulsos de las pasiones humanas; mira a Beatriz como junta sus manos con todos los Bienaventurados para unir sus plegarias a las mías" (DANTE ALIGHIERI, cántico 33º, 3ª parte, «La Divina Comedia»).

"OH ISIS, Madre del cosmos, raíz del amor, tronco, capullo, hoja, flor y semilla de todo cuanto existe, a ti, fuerza naturalizante, te conjuramos; llamamos a la Reina del espacio y de la noche, y besando sus ojos amorosos, bebiendo en el rocío de sus labios, respirando el dulce aroma de su cuerpo, exclamamos ¡OH NUIT! Tú, ETERNA SEIDAD DEL CIELO, que eres el ALMA PRIMORDIAL, que eres lo que fue y lo que será, a quien ningún mortal ha levantado el velo, cuando tú estéis bajo las estrellas irradiantes del nocturno y profundo cielo del desierto, con pureza de corazón y en la flama de la serpiente te llamamos" (RITUAL GNÓSTICO).

"Gloria, Gloria a la MADRE KUNDALINI, que mediante su infinita gracia y poder conduce al SADHAKA de chacra en chacra e ilumina su intelecto identificándole con el supremo Brahmán. ¡Puedan sus bendiciones alcanzarnos! (SIVANANDA).

¿No fue acaso ENEAS, hijo del héroe ANQUISES y de la DIOSA VENUS? Cuantas veces se mostró la MADRE DIVINA favorable a los Troyanos inclinando también en favor de éstos la Voluntad de JÚPITER (EL LOGOS SOLAR), padre de los DIOSES y de los hombres.

¡Oh Eolo! ¡Señor del Viento! Tú que tienes el poder de apaciguar y de encrespar las ondas del inmenso mar; Tú que sumergiste parte de la flota Troyana entre las embravecidas olas, dime: ¿Qué sería de ti sin tu MADRE DIVINA KUNDALINI? ¿De dónde sacarías tan grande potestad?

¡Oh Neptuno! Señor de las sublimes profundidades marinas, tú, gran DIOS, ante cuya mirada divina huyen los vientos y se apaciguan los furiosos elementos, ¿puedes acaso negar que tienes una madre? ¡Oh Señor de las profundidades! Tú sabes bien que sin ella no empuñarías en tu diestra ese formidable tridente que os confiere el poder sobre las espantosas reconditeces del abismo.

¡Oh Neptuno! Venerable Maestro de la humanidad, tú que disteis a los pueblos de la sumergida ATLÁNTIDA tan sabios preceptos, recuerda, gran Señor, a todos nosotros los que te amamos.

Cuando el AQUILÓN levanta las olas hacia el cielo y unos náufragos se ven alzados hasta los astros, mientras otros se sienten sumergir entre los abismos, no queda más esperanza que tu misericordia.

El NOTO estrella los buques contra escollos ocultos en el fondo y el EURO les precipita contra las costas envolviéndoles en arenas o quebrándolos contra acantilados, pero tú, Señor Neptuno, salvas a muchas gentes que nadan y luego todo queda en silencio.

Las grutas donde habitan las Ninfas marinas en los misteriosos parajes, conservan el recuerdo de tus obras, ¡Oh! Gran Dios.

Vosotros los que habéis conocido los peligros del océano tempestuoso de la vida, la terrible rabia de Escila, de mugientes escollos, las rocas de los vigilantes CÍCLOPES, el duro camino que conduce al NIRVANA y los combates de MARA el tentador con sus tres FURIAS, jamás cometáis el delito de la ingratitud; nunca olvidéis a tu DIVINA MADRE.

Bienaventurados aquellos que comprenden el misterio de su propia MADRE DIVINA. Ella es la raíz de su propia MÓNADA; en su seno inmaculado se gesta el niño que lleva en sus brazos, nuestro BUDDHA INTIMO.

VENUS descendiendo de las altas cumbres se disfrazó de cazadora para visitar a su hijo ENEAS el héroe Troyano, con el sano propósito de orientarle hacia Cartago donde reinaba floreciente la Reina DIDO, aquella que después de haber jurado fidelidad a las cenizas de SIQUEO se mató por pasión.

La ADORABLE tiene el poder de hacerse visible y tangible en el mundo físico cuando así lo quiere.

¡Oh mortales ignorantes! ¡Cuantas veces, Dios mío, habréis sido visitados por vuestra Divina Madre y sin embargo no la habéis reconocido!

¡Qué dichoso fuiste! ¡Oh ilustre ciudadano de la Soberbia ILIÓN, cuando tu adorable Madre te cubrió con su nube protectora para hacerte invisible!

Vosotros los que codiciáis poderes mágicos: ¿ignoráis acaso que vuestra Sagrada Madre es OMNIPOTENTE?.

¡Oh Señora mía, sólo el cantor IOPAS con su larga cabellera y cítara de oro podría cantar tus bondades!