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La Pistis Sophia Develada: Capítulo 2

Capítulo 2

Jesús y sus discípulos se sientan en el Monte de los Olivos.

Una gran fuerza luminosa descendió sobre Jesús.

Sucedió entonces que los discípulos se sentaron en el Monte de los Olivos hablando de estas palabras y regocijándose con gran placer y alborozándose sumamente y diciéndose unos a otros: "Benditos somos antes que todos los hombres de la Tierra porque el Salvador nos ha revelado esto y porque hemos recibido la plenitud del fin total", (eso decían) mientras Jesús se sentaba un poco alejado de ellos.

Y sucedió entonces que en el décimo quinto día de la luna, en el mes de Tybi, que es el día en el que la luna está llena; en ese día entonces cuando el sol había aparecido en su marcha, llegó tras él una gran fuerza luminosa brillando de manera extraordinaria; y no había medida para esa luz en conjunto con esa fuerza, pues salió de la luz de luces, y salió del último misterio, que es el vigésimo cuarto misterio de adentro y afuera, (ésos que están en las órdenes del segundo espacio del Primer Misterio). Y la fuerza luminosa descendió sobre Jesús y lo envolvió por completo mientras se encontraba sentado, alejado de sus discípulos, y brilló extraordinariamente, y no había medida para la luz que estaba sobre él.

El décimo quinto día de la Luna se corresponde con Lucifer.

La clave de Lucifer es el Arcano A. Z. F., la Fuerza Sexual.

Incuestionablemente, el poder creador del Logos está en los órganos creadores.

El Sol interior profundo resplandece en el camino del Iniciado.

La Fuerza Sexual luminosa brilla extraordinariamente en el Aura de los Cristificados.

La Fuerza Sexual, en última síntesis, viene de la Luz de Luces que es precisamente el Logos.

Incuestionablemente, tal Luz sale del Ultimo y Primer Misterio, que en realidad es el Veinticuatro, el de la Gran Obra, el del Trabajo en el Gran Taller del Universo.

Todo lo que en estos párrafos hemos dicho lo entienden completamente los Artistas Herméticos de calidad.

Indubitablemente, los Artistas Herméticos pertenecen a las Ordenes Esotéricas que trabajan en el Segundo Espacio del Primer Misterio.

Entiéndase por Segundo Espacio del Primer Misterio, las regiones donde viven los Sabios Herméticos.

El Anciano de los días habita en el Primer Espacio del Primer Misterio y a él corresponde exactamente el primero de los veintidós Mandamientos de la Ley de Dios.

Lo envolvió por completo.

Y sus discípulos no vieron a Jesús debido a la gran luz dentro de la cual se encontraba o que le rodeaba, pues sus ojos se cegaron debido a la gran luz en la que él estaba; sino que vieron solamente la luz, que lanzaba muchos rayos de luz. Y los rayos de luz no eran semejantes entre sí sino que la luz era de diversos tipos desde abajo hasta arriba, un rayo más excelente que el otro, ... en una gran inconmensurable gloria de luz; se extendía desde debajo de la tierra hasta el cielo. Y cuando los discípulos vieron esa luz sintieron gran temor y agitación.

En el Jesucristo interior de cada uno de nosotros resplandece maravillosa la energía creadora.

El Logos es unidad múltiple perfecta. En el mundo del Logos la variedad es la unidad.

El Cristo Intimo en cada uno de nos, está mas allá de la individualidad, de la personalidad y del yo.

En el Señor, todos los seres son en realidad Uno.

En la "Luz - Cristo" y de la "Luz - Cristo", brotan muchos rayos.

Cada rayo Logoico es de diverso tipo y de distinta clase, sin embargo, todos los rayos entre sí constituyen el Logos.

Cada rayo es la viva expresión de tal o cual Adepto, de éste o de aquel cristificado.

Cualquier rayo Logoico sirve de fundamento a tal o cual Hierofante.

Sería inconcebible la existencia de algún Adepto si excluyéramos del fondo de su Ser su correspondiente rayo de Luz.

Todos los Rayos de Luz, en última síntesis, se resumen en Uno que con inconmensurable Gloria de Luz se extiende desde el Abismo hasta el Cielo.