Capítulo 68
Y sucedió entonces, cuando el Primer Misterio escuchó estas palabras, que dijo: "Bien hablado Santiago, mi muy amado."
Y el Primer Misterio continuó de nuevo en su discurso diciendo a sus discípulos: "Ocurrió entonces, cuando conduje a Pistis Sophía fuera del caos, que ella exclamó:
El Iniciado, entre el Caos y sin Luz, sufre lo indecible.
Sophía canta una canción de alabanza.
1. Estoy a salvo del caos y libre de las ataduras de la obscuridad. He llegado a ti, Oh! Luz.
2. Pues tú fuiste la luz que me envolvió salvándome y ayudándome.
3. Y a las emanaciones de Obstinado, contra las que luchara, las obstruíste con tu luz y no pudieron acercárseme; pues tu luz estaba en mí y me salvó mediante su rayo luminoso.
4. Porque las emanaciones de Obstinado me constriñeron, me arrebataron mi poder y me arrojaron al caos, sin mi luz. Así pues me convertí en pesada materia en comparación con ellas.
5. Pero luego vino a mí un rayo de luz, a través de ti, que me salvó; brillaba a mi izquierda y a mi derecha y me envolvía por todos lados de tal manera que no había parte de mí sin luz.
6. Y tú me cubriste con la luz de tu rayo y sacaste de mí todas mis malas materias; y yo seré relevada de todas ellas por tu luz.
7. Y es tu rayo de luz el que me ha elevado y que ha quitado de mí las emanaciones de Obstinado que me constreñían.
8. Y me he convertido en tu luz, y en luz purificada en tu rayo.
9. Y las emanaciones de Obstinado, que me constreñían, se han retirado de mí; y yo brillo en tu gran poder, pues me has salvado para siempre."
"Este es el arrepentimiento que expresó Pistis Sophía cuando salió del caos y fue liberada de las ataduras del caos. Ahora y por tanto, quien tenga para oir, que oiga."
Sólo el rayo crístico puede salvar al Iniciado caído.
El poder crístico ilumina al rebelde inteligente que marcha por la senda del medio.
El rayo crístico nos salva de los Budhas Pratyekas de la derecha y de los tenebrosos adeptos de la izquierda.
Las malas materias, los elementos psíquicos indeseables que el Iniciado lleva adentro, son eliminadas por el rayo crístico.
La Isis inefable, la Divina y Venerable Madre Saítica de los antiguos Misterios egipcios, cual rayo de su Hijo, el Cristo, elimina las emanaciones de Obstinado que constriñen.
Isis a quien ningún mortal ha levantado el velo, es la hija de su hijo, el rayo crístico terrible.
En un poema de Shiller, un joven que se atreve a levantar el velo de la Madre Saítica, cae instantáneamente muerto al ver la Verdad desnuda en el rostro de la Diosa.
Quien tenga oídos que oiga y quien tenga entendimiento que entienda, porque aquí hay Sabiduría.