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La Pistis Sophia Develada: Capítulo 4

Capítulo 4

Mas los discípulos se sentaron juntos con temor y estuvieron sumamente con miedo y perturbación debido al gran terremoto que había sucedido, y juntos se condolían diciendo: ¿Qué será entonces? ¿Por ventura el Salvador destruirá todas las regiones? Diciendo así, juntos se inclinaban hacia el suelo.

Todos los grandes eventos cósmicos y divinales se anuncian siempre con grandes terremotos.

Indudablemente, en los Mundos Superiores existen también grandes terremotos.

Obviamente, los Adeptos del Cristo se prosternan sorprendidos ante los grandes eventos.

Jesús descendió de nuevo.

Mientras decían esto y se inclinaban hacia el suelo, entonces, en la novena hora de la mañana, los cielos se abrieron y vieron a Jesús descender, resplandeciendo excesivamente que no había medida para la luz que lo rodeaba. No obstante, resplandeció más radiantemente que en el momento cuando había cuando había ascendido a los cielos, para que los hombres sobre la tierra no pudieran describir la luz que lo poseía, y lanzó rayos de luz en gran abundancia, y no había medida para describir sus rayos, y su luz junta no era igual, mas era de diversas clases y diversos tipos, algunos rayos más sobresalientes que otros…, y toda la luz armonizaba junta. Era de triple clase y cada una sobresalía más ante la otra… la segunda, que estaba en medio, era más sobresaliente que la primera que estaba abajo, y la tercera, que estaba arriba de las otras, era más sobresaliente que las dos que estaban abajo. Y la primera gloria, que fue colocada debajo de todas las demás, se parecía a la luz que había resplandecido con Jesús antes de su ascensión a los cielos, y se veía a sí mismo como en su propia luz. Y las tres formas de luz eran de diversos tipos y de diversas clases, una más sobresaliente que la otra…

En la Hora Nueve se abren los Cielos y el Cristo Intimo desciende resplandeciendo.

Quienes entienden la Hora Nueve, comprenden las Doce Horas de Apolonius.

Los Misterios de Chokmah corresponden a la Hora Nueve.

Ningún Adepto podría vivenciar la Hora Nueve sin haber resucitado previamente.

La resurrección del Cristo Intimo en nosotros sucede en la Hora Ocho.

Las Doce Horas de Apolonius se relacionan con los Doce Trabajos de Hércules.

Los múltiples rayos del Logos son de diversa clase y de diversos tipos. Algunos rayos más sobresalientes que otros.

Sin embargo el Logos es unidad múltiple perfecta.

La Luz del Cristo Cósmico armoniza junta.

En sí y por sí, el Logos tiene tres aspectos.

Padre, Hijo y Espíritu Santo, son tres aspectos Logoicos.

El Sagrado Sol Absoluto quiere hacer cristalizar las Tres Fuerzas Primarias dentro de nosotros.

La Luz Logoica es de triple clase y cada una sobresale más ante la otra.

Una es la Gloria del Espíritu Santo, otra es la Gloria del Cristo y otra la del Padre.

Las Tres Formas de Luz Logoica son de diversos tipos y de diversas clases, una más sobresaliente que otra.

Empero toda la Triple Luz Logoica es Una.

El mundo triple del Logos es la gloria de Aziluth.

El mundo de Aziluth deviene del activo Okidanok omnipresente.

El activo Okidanok es el incesante hálito eterno, para sí mismo, profundamente ignoto.

El activo Okidanok tiene su raíz en el Sagrado Sol Absoluto.