• Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

La Pistis Sophia Develada: Capítulo 48

Capítulo 48

Las emanaciones de Obstinado la oprimen de nuevo.

Cuando Jesús concluyó dijo a sus discípulos: "Sucedió entonces que cuando el poder rostro de león vio que Pistis Sophía no había sido guiada fuera del caos, volvió con todas las otras emanaciones materiales de Obstinado, y todas ellas oprimieron nuevamente a Pistis Sophía. Y ocurrió entonces, al sentirse oprimida, que ella gritó en su mismo arrepentimiento:

El poder rostro de león y el obstinado ego hacen sufrir al Iniciado terriblemente.

Obviamente, el karma y las emanaciones del ego le arrebatan el poder al Iniciado.

Los Arcontes de los Aeones y los veinticuatro Ancianos del Zodíaco están dentro de nosotros mismos.

No podría auxiliarnos el Par, la otra Alma, si la Gran Ley está contra nosotros.

Mientras el Alma Humana trabaja, el Alma Espiritual contempla.

El Intimo es "Atman", el Inefable.

Buddhi es el Alma Espiritual.

Manas Superior, es el Alma Humana.

Con la resurrección del Cristo en nosotros las dos Almas se integran, entonces se hace la Luz.

Buddhi es como un vaso de alabastro fino y transparente dentro del cual arde la llama de Prajna.

Buddhi-Manas unidos, fusionados, integrados, nos confieren la Luz.

En Buddhi, como un vaso de alabastro, están contenidos todos los poderes de la Luz.

Obviamente, al fusionarse Buddhi- Manas, se establece la Luz en nosotros.

Prosigue su arrepentimiento.

1. - Ten piedad de mí, Oh! luz, pues me oprimen nuevamente. Debido a tu mandato, la luz en mí, y mi poder, y mi entendimiento, se conturban.

2. - Mi poder ha empezado a desvanecerse en tanto que me encuentro en estas aflicciones, y el número de mi tiempo, mientras estoy en el caos. Mi luz ha disminuido, pues ellos me han arrebatado mi poder, y todas las fuerzas en mí, se agitan.

3. - Me he vuelto impotente en presencia de todos los regidores de los aeones, quienes me odian, y en presencia de las veinticuatro emanaciones, en cuya región estuve. Y mi hermano, mi par, ha tenido miedo de ayudarme, debido a aquello en lo que he sido colocada.

4. - Y todos los regidores de la altura me han considerado materia sin luz. Me he vuelto como un poder material abandonado por los regidores.

5. - Y todos los que moran en los aeones han dicho: Ella se ha convertido en caos. Y desde entonces todas las fuerzas impías me han rodeado, proponiéndose arrebatarme la luz que hay en mí.

6. - Mas yo he confiado en ti, Oh! Luz, y he dicho: Eres mi Salvador.

7. - Y mi mandato, el que has decretado para mí, está en tus manos. Sálvame de las manos de las emanaciones de Obstinado que me oprimen y persiguen.

8. - Envíame tu luz, pues aparezco sin valor ante ti. Sálvame según tu compasión.

9. - no me desdeñes, pues te he cantado alabanzas. Deja que el caos cubra las emanaciones de Obstinado y haz que sean llevadas abajo, a las tinieblas.

10. - Que sus bocas enmudezcan; esas bocas que con maña me devorarían y que dirían: "Quitémosle toda su luz", no obstante que yo no les he hecho mal".

Realmente, los iniciados caídos son materia sin luz.

Aquéllos que creen que se puede reconquistar la luz sin haber disuelto previamente los agregados psíquicos marchan por el camino del error.

Los agregados psíquicos, viva personificación de nuestros defectos psicológicos, constituyen en sí mismo un poder material abandonado por los Regidores.

El Alma, sumergida en el Caos interior que en nosotros mora, se ha convertido en un verdadero Caos.

Todas las fuerzas impías rodean al caído e intentan robarle la poca luz que le queda.

El Iniciado debe confiar en la Luz, ésta le salvará.

Las emanaciones del obstinado ego persiguen y oprimen al Iniciado.

Desintegrando el ego podemos ser salvados.

Las emanaciones de Obstinado, es decir, de los agregados psíquicos, deben ser desintegradas con las armas de Vulcano.

Mercurio seco y agregados psíquicos es lo mismo.

Sólo mediante la Electricidad Sexual Trascendente podemos desintegrar la totalidad de Mercurio seco para liberar a Pistis Sophía.

Magia sexual es urgente e inaplazable para liberar a Pistis Sophía.

La Mujer-Serpiente es reforzada en la Fragua encendida de Vulcano.

Bien sabemos que la Fragua encendida de Vulcano es el sexo, el acto sexual.

No derramar el esperma sagrado es fundamental para trabajar en la Fragua encendida de Vulcano.

En esos instantes, la Mujer- Serpiente, reforzada por la Electricidad Sexual Trascendente, puede realizar prodigios y maravillas.

Devi Kundalini es la Mujer-Serpiente en nosotros.

Stella Maris, la Virgen del Mar, la serpiente ígnea de nuestros mágicos poderes, puede desintegrar al ego.

La Mujer-Serpiente tiene en su poder las armas maravillosas de Vulcano.

Sólo en la Novena Esfera y con ayuda de la Mujer-Serpiente es posible la desintegración total de todos los agregados psíquicos.

La Novena Esfera es el sexo, la cópula metafísica, el coito químico.

La Mujer-Serpiente salva a Pistis Sophía.

El hombre y la mujer, sexualmente unidos, son el fundamento del androginismo Luni-solar de IO, Isis-Osiris.

Isolda, Parabrahatman y Mulaprakriti, son lo mismo, androginismo puro.

La Androgilia de Ammonio Saccas, escrita en latín, enseña todo esto.

Ur-Anas,el fuego y el agua primordiales, están en la Novena Esfera.

Los ignorantes ilustrados suponen absurdamente que pueden desintegrar al ego fuera de la Novena Esfera.

No negamos que los devotos muy serios puedan desintegrar un veinticinco y hasta un cincuenta por ciento de los agregados psíquicos fuera de la Novena Esfera.

Empero, el cien por cien de los agregados psíquicos nunca podrían desintegrarse fuera de la Novena Esfera.

Quienes por algún motivo muy grave no pueden trabajar en la Novena Esfera, no deben desanimarse; pueden desintegrar por lo menos el veinticinco y hasta el cincuenta por ciento de los agregados psíquicos trabajando individualmente sobre sí mismos.

Así avanzarán en la presente existencia hasta donde les sea posible y en futuras existencias concluirán su trabajo.

No se trata de ser mejores sino de cambiar radicalmente, y esto sólo es posible desintegrando nuestros agregados psíquicos.

Realmente, no existe dentro de nosotros mismos algo digno de ser mejor; urge, por tal motivo, la Aniquilación budhista si es que en verdad queremos una transformación total.

No se trata de evolucionar como pretenden los fanáticos del dogma de la evolución.

Obviamente, los elementos psíquicos indeseables que en nuestro interior cargamos, no merecen jamás ninguna clase de evolución.

Las emanaciones del obstinado ego deben ser llevadas abajo, hacia las regiones donde sólo se oye el llanto y el crujir de dientes.

Que las bocas de los tenebrosos enmudezcan, todos los monstruos de las tinieblas, los agregados psíquicos que en nuestro interior llevamos que atentan contra Pistis Sophía.