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La Pistis Sophia Develada: Capítulo 41

Capítulo 41

Jesús elogia a Juan.

Y sucedió entonces, al concluir Juan de decir estas palabras a Jesús, en medio de los discipulos, que jesus le contestó "Bien dicho Juan, el Puro, que reinarás en el reino de la luz".

Juan, el Puro, el Verbo, reina en el Reino de la Luz.

I-E-O-U-A-N, Juan, es la Palabra, el Ejército de la Voz, la Hueste colectiva de los Elohim creadores.

"En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios".

La Hueste de los Elohim creadores, el Logos, el Verbo, crea con el poder de la Palabra.

"Por El todas las cosas fueron hechas y sin El nada de lo que fue hecho hubiera sido hecho."

El Logos suena; así está escrito.

Los Elohim crearon el Universo mediante el Verbo y con el Verbo.

El Ejército de la Voz, mediante el Fíat luminoso y espermático del Primer Instante, creó el Universo.

El Fíat luminoso y espermático del Primer Instante dio vida a todo lo que es, ha sido y será.

Empero, las emanaciones del ego oprimen a Pistis Sophía.

La emanaciones de Obstinado arrebatan la luz a Pistis Sophía.

Jesús continuó su discurso diciendo a sus discípulos: "ocurrió de nuevo que: Las emanaciones de Obstinado volvieron a oprimir a Pistis Sophía en el caos, deseando arrebatarle toda su luz; aún no se cumplía el mandato para sacarla del caos, y aún no se me ordenaba a través del Primer Misterio, salvarla del caos. Así pues, cuando todas las emanaciones materiales de Obstinado la oprimían, ella clamó y expresó su quinto arrepentimiento diciendo:

Sólo el mandato del Viejo de los Siglos puede salvar a Pistis Sophía, sacarla del Caos.

El Quinto arrepentimiento de Sophía.

1. - Luz de mi salvación, te canto mi alabanza en la región de las alturas y también en el caos.

2. - Canto a ti mi alabanza con el himno que canté en las alturas y con el que te alabé cuando estuve en el caos. Permíteme llegar a tu presencia y atiende, Oh! Luz, a mi arrepentimiento.

3. - Pues mi poder está lleno de obscuridad, y mi luz se ha esfumado en el caos.

4. - He llegado a ser como los regidores del caos, que han entrado en las tinieblas que hay abajo. Me he vuelto como un cuerpo material que no tiene a nadie en la altura que lo salve.

5. - Soy también como las materias a quienes su poder les ha sido arrebatado y son arrojadas al caos, - materias - a quienes tú no salvaste y que están absolutamente condenadas por tu mandato.

6. - Ahora y por tanto, me han puesto a mí en las tinieblas de abajo, en la obscuridad y entre materias que están muertas y carecen de poder.

7. - Tú has efectuado tu mandato en mí y todas las cosas que has decretado.

8. - Y tu espíritu se ha alejado, abandonándome. Y aún más, por tu mandato las emanaciones de mi aeón no me han ayudado, me han detestado y separándose de mí, y aún así no estoy totalmente destruída.

9. - Y mi luz ha disminuido en mí y yo he clamado por la luz que aún hay en mi, y he elevado mis manos hacia ti.

10. - Ahora y por tanto, Oh! Luz, ¿no cumplirás tu mandato en el caos, y los mensajeros que vienen de acuerdo a tus mandatos no se elevarán en la obscuridad y vendrán, y serán tus discípulos?.

11. - ¿No gritarán el misterio de tu nombre en el caos?.

12. - ¿O no pronunciarán quizá tu nombre en una materia del caos en la que tú (tú mismo) no te purificarás?

13. - Mas yo te he cantado alabanzas, Oh! Luz, y mi arrepentimiento llegará a ti en la altura.

14. - Deja que la luz venga a mí.

15. - Pues ellos han arrebatado mi luz, y estoy en pena a causa de la luz, desde el momento en que fui emanada. Y cuando he mirado la luz en la altura, he visto hacia abajo el poder de la luz en el caos; me he levantado y caído.

16. - Tu mandato vino sobre mí y los terrores que tú decretaste para mí me llevaron a engaño.

17. - y rodeándome en gran cantidad, a manera de agua, se han mantenido junto a mí todo el tiempo.

18. - y por tu mandato tú no has hecho que las emanaciones de mis compañeros me ayuden, ni que mi pareja me salve de mis aflicciones.

Este es pues, el quinto arrepentimiento que Pistis Sophía expresó en el caos, cuando todas las emanaciones materiales de Obstinado continuaban oprimiéndola".

Pistis Sophía canta alabanza a la Luz de la salvación tanto en el Caos como en las alturas.

El Iniciado de Pistis Sophía cumple con la Tabla de Hermes Trismegisto que a la letra dice así:

"Es verdad, sin mentira, cierto y muy verdadero.

Lo que está abajo es como lo que está arriba, y lo que está arriba es como lo que está abajo. Por estas cosas se realizaron los milagros de una sola cosa.

Y como todas las cosas son y proceden del uno, por la mediación de uno, así todas las cosas han nacido de esta cosa única por adaptación.

El sol es su padre y la luna su madre. El viento la ha llevado en su vientre. La tierra es su nodriza y su receptáculo. El padre de todo, el thelema del mundo universal está aquí.

Su fuerza o potencia permanece íntegra si es convertida en tierra.

Separarás la tierra del fuego, lo sutil de lo espeso, suavemente, con gran industria.

Asciende de la tierra y desciende del cielo, y recibe la fuerza de todas las cosas superiores y de las inferiores. Tendrás por este medio la gloria del mundo y toda obscuridad huirá de ti.

Es la fuerza, fuerte de toda fuerza, pues vencerá toda cosa sutil y penetrará toda cosa sólida. Así ha sido creado el mundo. De ahí saldrán innumerables adaptaciones, cuyo método se da aquí.

Por eso he sido llamado Hermes Trismegisto, pues tengo las tres partes de la filosofía universal.

Lo que he dicho de la obra solar es completo".

El Iniciado sufre mucho en el Caos de abajo, entre las tinieblas del no Ser.

Las tinieblas que están abajo son espantosas.

Los Regidores que están abajo, entre las tinieblas del no Ser, saben cuánto sufre Pistis Sophía.

Muchas son las materias que dentro de nosotros están absolutamente condenadas.

El Adepto, cargado de Pistis Sophía, sube y baja cuando es necesario.

A veces, el Iniciado debe permanecer por largo tiempo en el Abismo, trabajando en la super- obscuridad y en el silencio augusto de los Sabios.

De las tinieblas sale la Luz y el Cosmos brota del Caos.

Los Sabios, entre las tinieblas de abajo, viven entre materias que están muertas y carecen de poder.

Empero, tales materias se creen vivas y poderosas.

Quiero referirme en forma enfática a los demonios del Averno.

El Cristo Intimo ha efectuado su mandato en el corazón de los Adeptos que descienden al reino tenebroso de Plutón para trabajar en la Gran Obra.

Cuando los Adeptos descienden al Tártarus, se alejan del Cristo Intimo y sufren lo indecible.

Pistis Sophía clama por la Luz cuando se encuentra en el Averno.

La Luz cumple siempre su mandato en el Caos.

Los Mensajeros son las partes superiores del Ser que visitan al Adepto en el Averno para instruirlo.

Obviamente, a cada subida le antecede una bajada, y a toda exaltación mística le precede una espantosa y terrible humillación.

Nadie puede subir sin haberse tomado antes la molestia de bajar.

El misterio del Nombre Secreto de cada uno de nos es terriblemente divino.

Existen en nosotros materias abominables, algunas veces heroicas y bondadosas, con muchos méritos, pero que jamás pueden purificarse, y que, por ende, deben desintegrarse en el Abismo.

El Iniciado en el Averno, cargado de Pistis Sophía, canta alabanzas a la Luz, y sus arrepentimientos ascienden hasta el Padre.

La Luz debe inundar a los Trabajadores de la Gran Obra que sufren en el reino tenebroso de Plutón.

Que el poder de la Luz llegue hasta el Caos para bien de los Sabios que trabajan entre la super- obscuridad augusta de los grandes misterios.

Que los terrores del Abismo no confundan a los Sabios, es nuestro anhelo.

Son multifacéticos los terrores de los mundos infiernos, dentro de las entrañas de la Tierra.

Las diversas partes autónomas y auto-conscientes de nuestro propio Ser deben auxiliar a los Adeptos.

El Buddhi, la Beatriz del Dante, la Bella Helena de Troya, el Alma Espíritu, debe auxiliar al Adepto.

Dichoso el Adepto que es auxiliado por su Walkiria.

Bienaventurado el Adepto que es auxiliado por Ginebra, la Reina de los Jinas, Aquélla que a Lanzarote escanciara el vino entre las copas de Sukra y de Manti.

Vino de la Sexualidad trascendente resplandeciendo en el Cáliz de todas las delicias.