Capítulo 70
El Primer Misterio bendice a Tomás y aprueba la solución a la canción de Pistis Sophía.
Y sucedió entonces, cuando el Primer Misterio oyó a Tomás decir estas palabras que dijo: "Bien hablado, muy bien Tomás bendito. Esta es la solución de la canción de Pistis Sophía."
Y el Primer Misterio continuó diciendo a sus discípulos. "Pistis Sophía siguió cantando alabanzas a mí, diciendo:
El Cristo secreto dentro del Adepto le confiere potestad en los cielos y sobre los infiernos.
Hermes Trismegisto dice: "Separarás la tierra del fuego, lo sutil de lo espeso, suavemente, con gran industria, asciende de la tierra al cielo y desciende del cielo a la tierra y recibe así la virtud de las cosas superiores y de las inferiores."
La materia de los poderes luz es el Mercurio de la Filosofía Secreta, el alma metálica del Esperma Sagrado; viviente resultado de la ciencia transmutatoria "Jesod- Mercurio."
Las emanaciones de Obstinado son los agregados psíquicos, el Mercurio Seco, los elementos indeseables que llevamos dentro.
El Cristo nos libera de Adamas, el Príncipe del Karma Superior.
Sophía canta otra canción de alabanza.
1. Te canto una canción: a través de tu mandato me has llevado bajo el más alto aeón, que está arriba, y me has conducido hasta las regiones que están abajo.
2. Y de nuevo a través de tu mandato me has salvado de las regiones inferiores, y a través tuyo has puesto ahí la materia de mis poderes - luz, y yo la he visto.
3. Y has disipado lejos de mí las emanaciones de Obstinado, que me constreñían y me eran hostiles, y has conferido poder para librarme de las ataduras de las emanaciones de Adamas.
4. Y tú has aniquilado al Basilisco de siete cabezas arrojándolo con tus manos, y me has puesto sobre su materia. Tú lo has destruido para que su simiente no surja en adelante.
5. Y tú estuviste conmigo, dándome fuerzas en todo esto, y tu luz me rodeó por todas partes, y a través tuyo volviste impotentes a todas las emanaciones de Obstinado.
6. Pues tú tomaste de ellos el poder de su luz y despejaste mi camino para conducirme fuera del caos.
7. Y me retiraste de las obscuridades materiales y tomaste de ellas mis poderes, a los cuales les habían arrebatado la luz.
8. Pusiste en ellos luz purificada, y en todos mis miembros en los que no había luz, pusiste luz purificada de la luz de la Altura.
9. Y tú despejaste el camino para ellos (mis miembros) y la luz de tu rostro se volvió indestructible en mi vida.
10. Me has conducido arriba del caos, región del caos, región de caos y de exterminio, a fin de que todas las materias que hay en esa región, fuesen liberadas y todos mis poderes renovados en tu luz, y que tu luz estuviese en todos."
Esta es, repito, la segunda canción que Pistis Sophía entonara. Quien haya comprendido este arrepentimiento venga y dígalo.
El basilisco de siete cabezas es el ego con sus siete pecados capitales que se multiplican incesantemente dentro de nosotros.
Nosotros, con ayuda del Cristo Intimo, tenemos que arrebatarle a las tinieblas la Luz.
En el Abismo tenemos elementos abominables, engendros del Infierno que deben ser muertos por el Cristo Intimo.
Así es como podemos sacar de entre esas abominaciones tenebrosas la Luz que nos han robado.
Muerto los agregados infernales creados por nuestros errores, la Luz y los divinales poderes regresan al Iniciado.
Los poderes del Iniciado son renovados en la Luz del Cristo Intimo.