Capítulo 47
Jesús lleva a Sophía a una región menos lejana, pero sin mandato del Primer Misterio.
"Sucedió entonces, cuando Pistis Sophía hubo expresado su séptimo arrepentimiento, dentro del caos, que el Mandato a través del Primer Misterio aún no llegaba para salvarla y conducirla fuera del caos. Sin embargo yo, sintiendo compasión, sin mandato alguno la conduje a una espaciosa región del caos. Y cuando las emanaciones materiales de Obstinado vieron que ella había sido llevada a esa región, dejaron un tanto de afligirla, pues pensaron que también sería llevada fuera del caos. Cuando esto sucedía, Pistis Sophía ignoraba quien la había ayudado; no me reconoció en absoluto y continuó y persistió cantando alabanzas a la Luz del Tesoro, a la cual había visto y en la cual había tenido fe. Pensó que era ella (la Luz), quien la había ayudado; esa luz a quien cantaba sus alabanzas creyendo que era realmente la Luz. Mas como en verdad ella había tenido fe en la Luz que realmente pertenecía al Tesoro, habría de ser llevada fuera del caos y su arrepentimiento le sería aceptado. No obstante, el Mandato del Primer Misterio no se había realizado aún, para que su arrepentimiento fuera aceptado. Y escuchad ahora, que he de contaros todas las cosas que acontecieron a Pistis Sophía."
Sólo el mandato del Primer Misterio puede conducir al Iniciado fuera del Caos.
El Cristo Intimo se compadece del iniciado y poco a poco le va pasando a niveles superiores del Ser.
Las emanaciones materiales del obstinado ego van desapareciendo poco a poco a medida que éste va muriendo.
Es un error de Pistis Sophía no reconocer la ayuda extra del Cristo Intimo.
La Luz del Tesoro Interior brota del mismo Tesoro que es el Vellocino de Oro.
El Vellocino de Oro de los antiguos es el Cristo Intimo vestido con los cuerpos de oro puro. Tales cuerpos existenciales perfeccionados y recubiertos por las distintas partes del Ser son terriblemente divinos.
La Luz del Tesoro no es el Tesoro, sin embargo, el Iniciado canta alabanzas a la Luz del Tesoro.
Hay que buscar al Tesoro dentro de las entrañas de la tierra filosofal.
Vitriol: "Visita Interiora Terrae Rectificando Invenies Occultum Lapidem".
Existen muchas clases de luz que no son la Luz del Tesoro.
Diversas clases de sectas, escuelas u órdenes místicas, poseen la luz que no es la Luz del Tesoro, empero sus devotos creen que tales luces pueden salvarles.
Esos devotos son sinceros equivocados, llenos de magníficas intenciones, pero equivocados.
La verdadera Luz del Tesoro Escondido es absolutamente sexual.
El arrepentimiento de Pistis Sophía debe ser calificado.
Recibir una y otra y otra, cada una de las ocho Iniciaciones del Fuego, es una cosa, y calificarlas, otra completamente diferente.
Cualquiera puede recibir las ocho Iniciaciones del Fuego, empero de nada le servirían si no las calificase.
Muchos que recibieron las ocho Iniciaciones del Fuego ahora son demonios terriblemente perversos.
No se podría calificar las ocho Iniciaciones si excluyésemos la disolución del ego.
Sólo mediante la Aniquilación budhista podemos calificar cada una de las ocho Iniciaciones.
Mediante la desintegración del ego lograremos el cambio radical.
Necesitamos convertirnos en algo totalmente diferente.
Hasta nuestra misma identidad personal debe perderse para nosotros mismos.
El cambio debe ser absoluto y ni siquiera nuestra identidad personal actual debe seguir existiendo.
Las emanaciones de Obstinado, cesan durante algún tiempo, de oprimir a Pistis Sophía.
"Sucedió entonces, cuando la conduje a una región relativamente espaciosa del caos, que las emanaciones de Obstinado cesaron por completo de oprimirla, creyendo que habría de ser conducida fuera por completo del caos. Y ocurrió que, cuando las emanaciones de Obstinado cayeron en cuenta que Pistis Sophía no había sido llevada fuera del caos, volvieron todas juntas y la oprimieron violentamente. Por ello fue que ella expresó su octavo arrepentimiento, pues no cesaban de afligirla oprimiéndola al máximo. Ella expresó su arrepentimiento diciendo:
Las emanaciones del obstinado ego molestan a Pistis Sophía, mas cesan un poco cuando ésta pasa a un nivel superior del Ser.
Siempre que el iniciado pasa por una revaluación del Ser, por un tiempo cesan los ataques de los tenebrosos, para volver más tarde a una nueva actividad.
Empero, Pistis Sophía en cada lucha vuelve al arrepentimiento, una y otra vez.
Octavo arrepentimiento de Pistis Sophía.
1. - En ti, Oh! Luz, he confiado. No me dejes en el caos; guíame y sálvame de acuerdo a tu Gnosis.
2. - Atiéndeme y sálvame. Sé mi Salvador, Oh! Luz, sálvame y condúceme hasta tu luz.
3. - Pues tú eres mi Salvador y me llevarás hasta ti. Por el misterio de tu nombre, guíame y dame tu misterio.
4. - Tú me salvarás de este poder rostro de león que ellos han puesto, como una celada para mí; pues tú eres mi Salvador.
5. - Y en tus manos pondré la purificación de mi luz; tú me has salvado, Oh! Luz, de acuerdo a tu Gnosis.
6. - Tú te has vuelto iracunda con aquéllos que me vigilan, y no serán capaces de retenerme por completo, pues yo he tenido fe en mi Luz.
7. - Me regocijaré y te cantaré alabanzas por la compasión que me has tenido y por haberme escuchado y salvado de la angustia en que me encontraba. Y tú pondrás mi poder fuera y libre del caos.
8. - No me has dejado en manos del poder rostro de león, sino que me has guiado a una región que no está afligida."
De acuerdo a la Gnosis, la Luz debe guiarnos y salvarnos.
La Luz Gnóstica debe salvarnos y conducirnos a la Gran Luz.
El Misterio del Nombre es el Misterio del Verbo.
Todo iniciado aspira a recibir el Misterio del Nombre.
Al que sabe la palabra da poder, nadie la pronunció, nadie la pronunciará, sino solamente aquél que lo tiene encarnado.
El Cristo es la palabra, dichoso el que lo tenga encarnado.
El Poder rostro de león o rostro de la Ley nos hace sufrir, empero el Señor puede perdonarnos.
Necesitamos purificar nuestra propia luz para que la Gran Luz nos salve de acuerdo con la Gnosis.
La Luz interior individual debe ser purificada mediante la desintegración de los agregados psíquicos.
El Cristo Intimo es severo contra aquéllos que vigilan a Pistis Sophía.
Sólo el Cristo- Luz puede sacar a Sophía en forma definitiva fuera del Caos.
El poder rostro de león es el poder de la Ley.
El León de la Ley existe dentro de nuestro propio Ser, es una de las partes del Ser.
En ciertas épocas el Iniciado no es afligido por la Ley del Karma.
Cuando Pistis Sophía descansa del poder rostro de león, se siente feliz.